Río de Janeiro en alerta por ola de calor mientras avanzan las fiestas previas al Carnaval
Resumen
Río de Janeiro soporta temperaturas extremas de hasta 42°C, superando récords anteriores. La ciudad activa alerta por calor mientras se celebran carnavales. Las autoridades instalan medidas como zonas de hidratación, tras varios incidentes de salud por deshidratación y calor.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Río de Janeiro enfrenta este lunes temperaturas superiores a los 40°C en plena celebración de las multitudinarias fiestas callejeras previas al Carnaval, lo que ha encendido las alarmas de las autoridades locales. Se prevé que las máximas alcancen hasta 42°C en los próximos días, lo que podría superar el récord de febrero de 2023, cuando el mercurio llegó a los 41,8°C.
Ante la intensa ola de calor que afecta varias regiones de Brasil, miles de turistas y residentes acudieron el fin de semana a las playas en busca de alivio. Sin embargo, el calor extremo ha obligado a la cancelación de eventos, como un ensayo de una importante escuela de samba en Copacabana.
La alcaldía de Río ha activado el nivel cuatro de alerta en una escala de cinco, que se aplica cuando las temperaturas oscilan entre los 40 y 44°C durante al menos tres días consecutivos. En este escenario, se habilitan zonas de hidratación y descanso, y se suspenden actividades físicas al aire libre en las escuelas.
El secretario de Salud de la ciudad, Daniel Soranz, informó que en las últimas semanas se ha registrado un incremento de pacientes con deshidratación y agravamiento de enfermedades crónicas debido al calor. En la favela Bateau Mouche, una de las más afectadas por las altas temperaturas, un anciano se desmayó el domingo, lo que refleja la vulnerabilidad de los barrios populares en estas condiciones extremas.
A pesar de la emergencia, el alcalde Eduardo Paes confirmó que los eventos del Carnaval no serán cancelados, aunque instó a los asistentes a mantenerse hidratados y tomar precauciones. Mientras tanto, expertos advierten que febrero podría ser uno de los meses más secos de la historia reciente, en un país cada vez más afectado por los efectos del cambio climático.