Rodando por la dignidad
Resumen
Juan José Sacco Arroyo, utilizando su silla de ruedas, inició un recorrido de más de 1000 km en Colombia para visibilizar los derechos de las personas con discapacidad. Su travesía denuncia las brechas existentes pese a la Ley Estatutaria 1618.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)La travesía de Juan José Sacco Arroyo
Con una silla de ruedas como aliada y una voluntad que no conoce límites, Juan José Sacco Arroyo llegó este pasado 26 de marzo a la Gobernación de Santander, donde fue recibido por la Secretaría de Desarrollo Social. Su visita es parte de una travesía que inició el pasado 30 de enero en el municipio de Tiquisio, al sur del departamento de Bolívar, y que tiene como destino final la Presidencia de la República en Bogotá.
El recorrido, que ya supera los mil kilómetros, se enmarca en la conmemoración de los 12 años de la Ley Estatutaria 1618 de 2013, norma que busca garantizar el pleno ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad en Colombia. No obstante, según Sacco, la realidad dista mucho de ese objetivo.
“Queremos llegar hasta Bogotá, hablar con el alto gobierno. En todo este trayecto lo que buscamos es visibilizar a la población con discapacidad, evidenciar que las brechas aún existen y que estamos lejos de gozar plenamente de nuestros derechos”, afirmó el líder social durante su paso por Bucaramanga.

Un líder campesino que se mueve por la justicia social
Sacco no solo es un activista; es también campesino, presidente de la Junta de Acción Comunal de su vereda y representante del comité municipal de discapacidad en Tiquisio. Desde su experiencia en el territorio, ha vivido de cerca las dificultades que enfrentan las personas con discapacidad, especialmente en las zonas rurales del país.
“Somos parte de la diversidad humana. Y por tener una discapacidad no debería haber ninguna forma de discriminación. Lo que necesitamos son acciones afirmativas, reales, que garanticen nuestros derechos humanos”, expresó con firmeza.
Durante su recorrido, lo acompaña su hermano en un vehículo que transporta el equipaje, el agua y otros elementos necesarios para el camino. Sin embargo, la mayor parte del trayecto la realiza solo, rodando en su silla por carreteras, zonas rurales y centros urbanos. “En muchos lugares donde nos coge la noche, guindamos la hamaca y nos acomodamos como se puede. Hemos tratado de coordinar para quedarnos en viviendas cuando es posible, pero muchas veces toca improvisar”.
La travesía de Sacco ha sido extensa y exigente. “Ya vamos completando casi dos meses, desde el 30 de enero al 26 de marzo. Hemos pasado por municipios como Magangué, Buenavista (Sucre), El Carmen de Bolívar, Ovejas, Cartagena, Turbaco, Clemencia, Santa Catalina, Barranquilla, Ciénaga, Aracataca, El Copey, Sabana de Torres, Barrancabermeja y Girón. Llegar a Bucaramanga ha sido muy significativo, estamos felices de estar en la Ciudad Bonita”, relató con entusiasmo.
A pesar del desgaste físico y las dificultades logísticas, el ánimo de Sacco permanece intacto. En cada municipio, su mensaje es claro: las personas con discapacidad deben ser tenidas en cuenta, escuchadas y protegidas con políticas públicas reales, con acceso a salud, educación, empleo y participación efectiva.
En Bucaramanga fue recibido por Marisol Pinzón Sierra, secretaria de Desarrollo Social de Santander, quien expresó su admiración y apoyo. “Hemos recibido con gran satisfacción a Juan José, una persona con discapacidad que viene recorriendo Colombia con una finalidad hermosa: visibilizar la causa de su comunidad y exigir que las leyes realmente se cumplan”, manifestó.
Pinzón explicó que desde la Gobernación de Santander se vienen ejecutando acciones para favorecer la inclusión de esta población. “Estamos trabajando en proyectos de inmersión laboral, recreación, capacitaciones para cuidadores y formación para las personas con discapacidad. Todo esto buscando dignificar un poco más su vida y garantizar su participación en la sociedad”, señaló.


Más voces por sumar
El próximo tramo de la travesía llevará a Juan José por Piedecuesta y, desde allí, seguirá su ruta hacia el norte de Boyacá y finalmente Bogotá. Su objetivo es claro: llegar al Congreso de la República y a la Casa de Nariño para entregar sus propuestas, sus experiencias y el clamor de muchas personas que, como él, han sido históricamente invisibilizadas.
“Esperamos ser recibidos, contar con el acompañamiento de personas, medios, organizaciones, instituciones. La idea es que el tema de discapacidad esté sobre la mesa. Ya hablar del tema es un paso, pero necesitamos más que eso”, insistió.
Juan José propone una hoja de ruta para el cambio que incluye cuatro acciones principales: visibilizar la situación actual, comprometer a las autoridades, movilizar a la ciudadanía y exigir la implementación de políticas efectivas. “Este camino es largo, pero necesario. Si logramos que la sociedad entienda y actúe, ya habremos ganado mucho”, concluyó.
Más allá del esfuerzo físico, el trayecto de Juan José Sacco se ha convertido en un símbolo de resistencia, dignidad y esperanza. Su silla de ruedas, impulsada por la fuerza de su convicción, avanza por las vías del país dejando una huella profunda en cada territorio.

Su mensaje es universal: la discapacidad no es una limitación, sino una condición que debe ser reconocida, respetada e incluida en todas las esferas de la vida social. Su recorrido es un recordatorio de que la lucha por la igualdad no tiene barreras y de que, con voluntad, cada kilómetro recorrido puede transformar conciencias.