Santander celebra una estrategia por la paz y la convivencia

Santander celebra una estrategia por la paz y la convivencia

Resumen

La estrategia 'Es tiempo para la paz en Santander' reúne a diversas comunidades para jugar al fútbol y fomentar la reconciliación. Organizada por la Gobernación, INDERSANTANDER y la ARN, busca romper estigmas y consolidar una cultura de paz a través del deporte.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Andrés Quijano

Con abrazos, goles, jugadas limpias y un profundo espíritu de integración, finalizó con éxito la estrategia “Es tiempo para la paz en Santander”, una iniciativa que apostó por el deporte como vehículo para la reconciliación. Impulsada por la Gobernación de Santander, el Instituto Departamental de Recreación y Deportes (INDERSANTANDER) y la Agencia para la Reincorporación y la Normalización (ARN), esta propuesta logró reunir a actores clave en los procesos de reintegración, justicia, atención diferencial y reincorporación, junto con comparecientes de la fuerza pública, en escenarios deportivos donde el juego limpio fue el eje central.

Durante cuatro encuentros celebrados en distintos municipios del departamento, los participantes compartieron no solo partidos, sino también espacios de convivencia, acompañados por sus familias. Cada jornada sirvió como un ejercicio práctico de reconciliación, donde el deporte se convirtió en una herramienta para romper rutinas, estrechar lazos y consolidar una cultura de paz.

Lejos de ser un simple torneo, esta estrategia fue concebida como una plataforma de transformación social. Las actividades deportivas permitieron generar encuentros entre personas que, desde diferentes experiencias, han sido protagonistas o testigos del conflicto armado colombiano. Gracias a la participación activa de estas comunidades, se vivieron momentos donde la competencia dio paso al respeto, y donde la diferencia fue entendida como una oportunidad para el reconocimiento mutuo.

Una estrategia con enfoque territorial y diferencial

Uno de los pilares fundamentales de esta iniciativa fue su enfoque diferencial, el cual promovió la participación activa de mujeres, comunidades étnicas y poblaciones diversas. Esta inclusión permitió visibilizar a sectores que históricamente han sido marginados de los procesos de reconstrucción del tejido social.

El deporte, en este contexto, no solo cumplió una función recreativa, sino que sirvió como lenguaje común para superar estigmas, reconstruir confianzas y reafirmar valores ciudadanos como el respeto, la solidaridad y la convivencia. Al compartir un balón o celebrar un gol en equipo, los participantes vivieron en la práctica lo que significa construir paz desde lo cotidiano.

“Hoy culmina una de las actividades planeadas desde la mesa territorial de reincorporación. Una estrategia que nos une a través del deporte y le aporta a la sana convivencia y a la paz del territorio”, señaló Óscar Eduardo Hernández, secretario del Interior de Santander, destacando el impacto de estas jornadas en la vida comunitaria del departamento.

Premios al esfuerzo colectivo

La gran final de la estrategia se celebró en medio de un ambiente festivo, donde se entregaron premios a los tres primeros lugares y medallas simbólicas a todos los participantes, como reconocimiento a su compromiso, disciplina y espíritu deportivo. Sin embargo, más allá de los resultados en la cancha, el verdadero logro fue la creación de un espacio de encuentro donde se sembraron semillas de respeto y reconciliación.

El deporte permitió, en esta ocasión, borrar temporalmente las etiquetas impuestas por el conflicto. En la cancha, todos fueron iguales: jugadores que corrían por un mismo objetivo, compartiendo estrategias, alegrías y aprendizajes. En cada pase y cada celebración se hizo visible el poder del deporte para transformar realidades.

Compromiso con la construcción de paz

Desde la ARN se reiteró el compromiso institucional de seguir articulando esfuerzos con las autoridades departamentales y municipales para fortalecer este tipo de espacios. La estrategia “Es tiempo para la paz en Santander” no solo cumplió con sus objetivos inmediatos, sino que se proyecta como un modelo replicable en otras regiones del país, donde la reconciliación necesita acciones concretas que promuevan la convivencia.

Este tipo de iniciativas aportan a la consolidación de los objetivos del Acuerdo Final de Paz, al permitir que excombatientes, víctimas y miembros de las fuerzas públicas puedan compartir entornos seguros y transformadores. Son ejemplos vivos de cómo es posible avanzar hacia una paz real y duradera desde lo local, desde lo comunitario y, en este caso, desde lo deportivo.

Más allá del evento: un legado en movimiento

Aunque la estrategia ha llegado a su fin en esta edición, el mensaje que deja es contundente: la paz se construye paso a paso, encuentro a encuentro, y con la participación activa de toda la sociedad. Santander, con este proyecto, demuestra que es posible consolidar una cultura de paz cuando las instituciones trabajan de forma articulada y la ciudadanía se convierte en protagonista del cambio.

Lo vivido en “Es tiempo para la paz en Santander” es una muestra clara de cómo la recreación y el deporte, cuando se orientan hacia la inclusión y el respeto, pueden convertirse en instrumentos poderosos de transformación social. Es, sin duda, una victoria que trasciende los marcadores y queda grabada en la memoria colectiva de un territorio que sigue apostando por la reconciliación.

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por Andrés Quijano
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