Santander en alerta durante las fiestas decembrinas

Santander en alerta durante las fiestas decembrinas

Resumen

Santander registra 10 casos de personas lesionadas por pólvora en diciembre, con el 40% de afectados siendo menores. A pesar de una disminución del 28.6% comparado al año pasado, la región sigue en alerta. El Escuadrón Antipólvora busca prevenir estas emergencias.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Andrés Quijano

Santander vuelve a encender sus alarmas. Aunque diciembre es tradicionalmente un mes de reuniones, luz y unión familiar, también es un periodo marcado por el incremento de incidentes asociados al uso de pólvora. Esta vez, el departamento registra 10 casos de personas lesionadas entre el 1 y el 8 de diciembre, un balance que, aunque menor al del año pasado, mantiene en alerta a las autoridades sanitarias y de seguridad. La situación, según advierte el gobernador de Santander, debe asumirse con responsabilidad colectiva, porque “no podemos permitir que nuestras celebraciones se conviertan en dolor”.

El Sistema de Vigilancia en Salud Pública (SIVIGILA) confirmó que los 10 casos corresponden a personas quemadas o lesionadas por manipulación de pólvora en distintos municipios del departamento, con Piedecuesta, Bucaramanga, Mogotes y Socorro como las localidades con mayor incidencia. Esta cifra, que representa una disminución del 28.6% frente a los 14 casos reportados en el mismo periodo de la temporada 2024-2025, confirma una tendencia a la baja, pero también evidencia que la práctica sigue generando afectaciones graves, especialmente entre menores de edad. Cuatro de los diez lesionados son menores, lo que equivale al 40%, una proporción que preocupa a los responsables de salud pública.

Desde la Secretaría de Salud departamental, encabezada por Edwin Antonio Prada Ramírez, se reiteró un mensaje contundente: los padres y cuidadores deben ser los primeros garantes de protección. Prada explicó que, del total de lesionados, dos personas han requerido hospitalización debido a la gravedad de sus lesiones, aunque ninguno de estos casos corresponde a menores. Entre los afectados, se registran desde quemaduras superficiales hasta amputaciones de dedos de las manos y una lesión ocular por laceración de córnea. Estos hechos no solo dejan secuelas físicas, en algunos casos irreversibles, sino también impactos psicológicos y económicos sobre las familias.

El secretario enfatizó que “las lesiones por pólvora no solo afectan a quien la manipula; muchas veces una persona puede causar daño a otra sin intención, generando consecuencias que pueden durar toda la vida”. Hizo un llamado especial para evitar que los niños, niñas y adolescentes tengan acceso a pólvora durante las festividades y recordó que muchas de estas lesiones se producen en espacios domésticos, donde los menores observan, aprenden e imitan comportamientos de riesgo. De hecho, según el boletín oficial de la Gobernación, el 50% de los incidentes ocurre dentro de las viviendas y el 70% de las lesiones se origina por manipulación directa de artefactos pirotécnicos, especialmente los conocidos “totes”, responsables del 70% de los casos en toda la población afectada.

El Escuadrón Antipólvora: una estrategia para contener la emergencia

En este contexto, las autoridades de seguridad también han fortalecido las medidas de control. La Policía Metropolitana de Bucaramanga anunció la creación del Escuadrón Antipólvora, una estrategia específica dentro del plan institucional “Una Navidad con Propósito”, que busca proteger integralmente a las familias durante la temporada. Esta unidad especial está integrada por equipos de la Seccional de Protección y Servicios Especiales, Infancia y Adolescencia, Turismo, Protección a Personas e Instalaciones y la Unidad Básica de Investigación Criminal (DIPRO). Su misión es clara: prevenir, disuadir y controlar todas las conductas ligadas al uso indebido de pólvora.

El coronel Diego Fernando Pinzón Poveda, subcomandante de la Policía Metropolitana, explicó que el objetivo es reforzar la vigilancia en los barrios, centros comerciales, plazas y lugares donde suele concentrarse el comercio clandestino o informal de pirotecnia. “Enfatizamos a la comunidad en no manipular pólvora; la seguridad de las familias es la prioridad”, afirmó. La estrategia contempla además operativos de incautación, visitas de control a bodegas y establecimientos, inspecciones en zonas rurales y campañas pedagógicas que buscan alertar a la ciudadanía sobre las consecuencias legales, sanitarias y sociales del uso irregular de pólvora.

El accionar del Escuadrón Antipólvora se articula con los mandatos vigentes en los municipios del área metropolitana y de otras localidades del departamento. Bucaramanga, Girón, Lebrija y Los Santos han expedido decretos que prohíben, bajo distintas modalidades, la manipulación, distribución o comercialización de pólvora. Estas normas están respaldadas por la Ley 1801 de 2016, específicamente el artículo 30, que sanciona con medidas correctivas a quienes fabriquen, almacenen, transporten o utilicen pólvora sin cumplir los requisitos legales. Las autoridades han sido claras en advertir que la tolerancia será cero.

Cultura, prevención y responsabilidad ciudadana

Más allá de las cifras y las normas, diciembre plantea un reto cultural. Para muchos hogares santandereanos, la pólvora sigue siendo un símbolo festivo. Sin embargo, las estadísticas nacionales muestran que, cada año, miles de personas resultan lesionadas en el país por su uso irresponsable, y cientos de animales sufren afectaciones graves por estrés auditivo. En Santander, aunque se ha logrado una reducción de casos, persisten prácticas de riesgo, especialmente en zonas donde el control es más complejo.

Por esa razón, la Gobernación insiste en que la prevención debe integrarse a las dinámicas familiares. El llamado se orienta no solo a evitar la compra de pólvora, sino a fomentar celebraciones alternativas: alumbrados tradicionales, actividades colectivas, velitas, música y espacios más seguros que no pongan en riesgo la vida de los más vulnerables. La invitación también es a denunciar puntos de venta clandestina o comportamientos que involucren a menores manipulando artefactos peligrosos.

Finalmente, las autoridades destacan que, la responsabilidad individual y colectiva se vuelve clave en un mes donde las emociones suelen ser protagonistas. Una simple chispa puede convertirse en tragedia y que muchas de las lesiones reportadas en diciembre dejan secuelas para toda la vida. Las amputaciones, quemaduras profundas o daños oculares no solo son dolorosos, sino que pueden limitar funciones motrices, afectar la autoestima y alterar de manera drástica los proyectos de vida de niños y adultos.

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por Andrés Quijano
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