Santander refuerza la protección de la perdiz santandereana
Resumen
Tras años sin registros, la perdiz santandereana ha sido avistada en Encino, Santander. Este hallazgo impulsa esfuerzos de conservación, con cámaras trampa documentando su presencia para proteger su hábitat crítico amenazado por deforestación.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)En las montañas de la Cordillera Oriental, un ave pequeña pero de gran importancia para la biodiversidad de Colombia vuelve a ser protagonista. La perdiz santandereana (Odontophorus strophium), también conocida como corcovado gorgiblanco, ha sido avistada de manera constante en el municipio de Encino, Santander, después de años sin registros confirmados de su presencia. Este hallazgo ha encendido una luz de esperanza para su conservación y ha motivado acciones inmediatas por parte de las autoridades ambientales.
La Corporación Autónoma Regional de Santander (CAS), a través de su Subdirección de Autoridad Ambiental, respondió a la solicitud de la comunidad local y, en particular, al llamado de Rudencido Niño, propietario de la finca “Reserva La Esmeralda”. Fue en esta reserva donde, durante varias semanas, se observaron ejemplares de la especie en repetidas ocasiones, un hecho inusual debido a su estado crítico de conservación y la disminución drástica de su hábitat en las últimas décadas.
La perdiz santandereana es una especie endémica de Colombia, lo que significa que no se encuentra en ninguna otra parte del mundo. Vive en bosques andinos de la Cordillera Oriental, entre los 1.500 y 2.500 metros de altitud, aunque sus poblaciones más frecuentes se localizan entre los 1.750 y 2.050 metros sobre el nivel del mar. Su hábitat ha sido gravemente fragmentado por la deforestación y el avance de actividades agrícolas y ganaderas, lo que la ha llevado a ser clasificada como “Críticamente Amenazada” (CR) por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN).
Ante la relevancia del avistamiento, la CAS decidió instalar cámaras trampa en la zona para documentar la presencia del ave sin perturbar su entorno natural. Este tipo de dispositivos permiten obtener fotografías y videos de alta calidad, registrando el comportamiento, desplazamientos y patrones de actividad de la especie. Las cámaras estarán activas durante 15 días, un periodo clave para recopilar datos que ayuden a diseñar estrategias de protección más efectivas.
La “Reserva La Esmeralda” no es ajena a la investigación y conservación de aves. En los últimos años, se ha consolidado como un destino de aviturismo reconocido, atrayendo a expertos y observadores de distintas partes del país y del mundo. La diversidad de especies presentes y el compromiso de su propietario en proteger el ecosistema han convertido este espacio en un refugio natural que ahora suma a su lista a la emblemática perdiz santandereana.

Un tesoro con plumas y colores únicos
Con un tamaño promedio de 25 centímetros, la perdiz santandereana presenta características que la distinguen de otras aves de su familia. El macho posee una pequeña cresta y un área detrás de las orejas de color castaño negruzco, acompañada de una ceja blanca que se proyecta hacia atrás y un anillo ocular del mismo color. Una franja blanca bajo el pico y un collar blanco contrastan con la garganta y los laterales del cuello, que son de tono negro. El pecho está cubierto de un plumaje castaño rojizo con diminutas manchas blancas, mientras que el dorso luce un marrón oscuro salpicado de puntos negros y atravesado por una franja color ante.
La hembra, por su parte, presenta una garganta blanca adornada con una banda central de puntos negros. En cuanto a su dieta, se alimenta de frutos, semillas y pequeños artrópodos, desempeñando un papel esencial en la dispersión de semillas y el control de poblaciones de insectos en su ecosistema.
Conservación: una tarea compartida
La presencia de la perdiz santandereana en Encino no solo es una buena noticia para la ciencia, sino también un recordatorio del compromiso que deben asumir las comunidades y las autoridades para preservar la riqueza natural de Santander. Su conservación requiere un trabajo conjunto que incluya monitoreo constante, protección del hábitat, regulación de actividades humanas en zonas sensibles y educación ambiental para que la población local valore y proteja a esta especie única.
El papel de la CAS será decisivo en este proceso. Además del seguimiento con cámaras trampa, la entidad ha manifestado su intención de continuar apoyando iniciativas comunitarias que promuevan la conservación de la biodiversidad. Estas acciones buscan no solo proteger a la perdiz, sino también garantizar que otras especies endémicas de la región puedan sobrevivir y prosperar en un entorno cada vez más amenazado por la presión humana.
Para el aviturismo, el hallazgo también representa una oportunidad. La observación de aves se ha convertido en una actividad de interés creciente en Colombia, y Santander cuenta con el potencial para posicionarse como un destino destacado en este sector. La perdiz santandereana, por su rareza y estatus de amenaza, podría convertirse en una especie emblemática para atraer a visitantes interesados en la naturaleza y la fotografía de fauna silvestre, siempre que estas actividades se desarrollen bajo criterios de sostenibilidad.
Un símbolo vivo de Santander

La perdiz santandereana no es simplemente un ave más del paisaje andino. Representa un símbolo de identidad natural para el departamento y un indicador de la salud de sus ecosistemas. Su presencia señala que, pese a las amenazas, todavía existen lugares donde la vida silvestre puede desarrollarse con relativa tranquilidad.
Cada imagen captada por las cámaras trampa será una pieza de un rompecabezas mayor: el de la supervivencia de una especie que ha resistido el paso del tiempo, pero que hoy depende de la acción humana para no desaparecer. El reto ahora está en transformar este hallazgo en una oportunidad para reforzar la protección de los bosques, educar a las nuevas generaciones sobre la importancia de conservar la fauna y demostrar que la coexistencia entre desarrollo y naturaleza es posible.