Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Era de esperarse que con la suspensión de las licencias ambientales para la exploración de nuevos campos petroleros en Colombia tengamos que afrontar sus desastrosas consecuencias, porque no hay efecto sin causa con las políticas negativas que ha trazado el actual gobierno, empeñado en sustituir la producción de hidrocarburos en su campaña de ‘transición energética’, como si fuéramos una potencia mundial para asumir esos riesgos.
Lo peor que le puede pasar al país tiene que ver con la reducción a niveles precarios de la industria petrolera que le genera a Colombia el 38% de sus rentas. No entendemos por qué el presidente Petro, que se autoproclama amigo del poderoso sindicato petrolero de la USO, impone el criterio de transformar a Ecopetrol en plantas de energía solar y de energía eólica, advirtiendo que las rentas del petróleo se pueden sustituir por programas de desarrollo turístico.
Factores externos, como la alianza económica del gobierno de Colombia con los regímenes comunistas y totalitarios de Rusia, Cuba, Nicaragua y Venezuela, influyen de manera dramática en nuestro país, a cuenta de mantener unas relaciones diplomáticas, que solamente favorecen a organizaciones guerrilleras que han destruido la libertad y la seguridad de nuestra adolorida patria. El presidente Petro ha designado en la junta directiva de Ecopetrol a líderes sindicales, argumentando que la compañía petrolera estatal debe estar bajo control de la clase obrera. Es una locura, como lo afirma el expresidente liberal César Gaviria.
La reducción de las utilidades de ECOPETROL, como consecuencia de las barreras y restricciones que ha creado este gobierno, para reducir la producción de hidrocarburos, está teniendo graves efectos en la economía del país. ¿A quién creerle? Que afirmen que la industria del turismo pueda sustituir las rentas del petróleo en Colombia, cuando representan más de la tercera parte del producto interno de nuestro país, es una cruel mentira.
El ‘Diablo haciendo Hostias’, como dirían nuestras abuelas y los líderes sindicales de Ecopetrol guardando y manteniendo el silencio cómplice, porque su figura idolatrada dice que Colombia debe liderar la campaña mundial para reducir las amenazas del cambio climático, que está contribuyendo a la destrucción de la humanidad. Lo repite en todos los foros internacionales, como si fuera el Mesías que va a salvar al mundo de una catástrofe.
El pacto secreto del actual gobierno de Colombia, para importar petróleo y gas de Venezuela, está implícito en la conjura para convertir a nuestro país en un régimen comunista, aliados de Rusia, Cuba, Venezuela y Nicaragua, donde la vida no vale nada, porque a quienes se opongan a sus ideologías les aplican el destierro y la muerte por asfixia, para perpetuarse en el poder quienes han destruido el tejido social y el régimen de libertades en aquellos países.