Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Por: José Caicedo Solano*
No le tema a triunfar, escribe Roberto Shinyashiki, en su libro de Colección vida práctica, y llama a la reflexión de lo cotidiano, con ejemplos prácticos, sin entrar en la angustia del existencialismo. El autor habla de las tres montañas que encierran el largo vivir del ser espiritual humano, no sin antes aclarar que existen muchas, que apersonas a cada individuo en particular. Son ellas, la montaña profesional, la montaña afectiva y la montaña de la trascendencia.
Al referirse a la montaña profesional, enmarca la capacidad que tiene que desarrollar la persona, para lograr su autonomía, y está en el estudio, como el gran baluarte, que debería llegar a nivel universitario, y qué, en el caso de Colombia, son barreras que el gobierno de turno presenta para que no se logre este objetivo, en las clases sociales no agraciadas. Sabemos que si el joven o viejo, llega a este nivel de estudio, tiene más oportunidades de desarrollo económico, y por lo tanto, moldear su entorno con menos dificultad.
La montaña afectiva, tiene un resultado de definición muy sencilla y es el amor en todas sus relaciones. Recordemos algunas frases bíblicas, amar y ser amado. Los tratadistas sobre la materia, la han divulgado, pero parece que características de tipo somático y sicológico, impiden ese desarrollo en nuestro medio, ya sea por la avaricia o la corrupción, llevada de la mano por el egoísmo y la envidia.
La montaña de la trascendencia, es la necesidad de ir más allá de la realización profesional y amorosa. Aquí, el individuo quiere llegar al conocimiento de cosas más profundas que encierran lo espiritual y lo material.
Cuando, señor empresario, vemos que alguno de los empleados, siendo bueno, todos los días hacer lo mismo en una rutina que invita al sueño, de una vez notamos que no hay trascendencia, en la empresa, pero no solo el empleado, es también para usted señor gerente. Por eso se habla de planes y programas a ejecutar en futuros de hoy mismo, de mediano y largo plazo.
Hagamos, eco de la enseñanza religiosa, y recordemos que nos hablan de Padre, Hijo y Espíritu Santo. Ahí están las tres montañas; Padre la creación, esto es el estudio. Hijo, la salvación, es la montaña afectiva, y Espíritu Santo es la montaña de ir al cielo o al más allá de lo cotidiano.
No necesitamos ser el iluminado para alcanzar estos objetivos, empecemos por formar y educar a una sociedad, (Niños, jóvenes, adultos, viejos y retirados) que ella sola, evoluciona hacia las otras consideraciones buenas y divinas de nuestra vida.
*Contador público. Asesor empresarial.