Resumen
José Caicedo Solano critica la enseñanza de la historia en Colombia, argumentando que se han omitido aspectos clave y que a menudo se presenta de manera sesgada. Resalta la necesidad de presentar los eventos históricos de forma objetiva destacando guerras, invasiones y conflictos internos.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Por: José Caicedo Solano*
Uno de los grandes errores de la enseñanza colombiana, es no incluir la historia de este país, de manera objetiva, presentando la realidad de los acontecimientos, con las estructuras políticas, económicas y sociales. Desde luego que la parte épica, debe ser contada con todo el rigor de la verdad y el análisis socioeconómico. Estas son: las batallas de invasión o como floridamente la llamaban nuestros historiadores, las batallas de conquista, que no se sabe si era por congraciarse con los españoles, o redactadas por los españoles o era una forma de diplomacia con los españoles.
No creo que ahora, cuando me invadan la finca, voy a decir que la guerrilla me la conquistó. Simplemente, me la invadió, como sucedió en América y en Colombia, se dice, a partir del 12 de octubre de 1492, cuando Cristóbal Colón llega a la isla de Juana, hoy isla Cuba, no de los cubanos, sino de la camarilla comunista, que no son más de cien.
La otra épica, son las guerras de independencia, que la libran en Colombia, Simón Bolívar, Francisco de Paula Santander y un gran número de próceres, incluyendo los soldados rasos de Boyacá y los llanos orientales. Ellas dieron la ida de los españoles, para que sus” hijos”, nacidos en América, tomaran el poder, con hegemonía de este territorio del oeste de Europa, cruzando el mar atlántico, con un poder de la minoría de la población, que era la que poco más o menos, sabía leer y escribir, y que eran solo hombres, porque la mujer solo era el ama de casa, con la excepción de las 3 o 4 heroínas conocidas.
La tercera de las “épicas guerras”, son las habido desde 1810, por los mismos conciudadanos, centralistas y federalista, liberales y conservadores y la de hoy, entre la guerrilla podrida y un estado formalmente establecido, pero ladrón de toda la vida. La de liberales y conservadores tienen dos de desgraciada recordación, pero por ser honestos con la historia hay que mencionarlas: la guerra de los mil días hacia 1900, con la famosa batalla de Palonegro, en donde hoy queda el aeropuerto de Bucaramanga y la de la violencia, a partir del asesinato de Jorge Eliecer Gaitán Ayala el 9 de abril de 1948, en Bogotá.
Para esta guerra entre liberales y conservadores que va, desde 1946 hasta 1957, que es denominado la época de la violencia, entra con un famosísimo libro, denominado Mi Historia, Crónicas de Guerra y Paz, don Olivo González Pedraza, gran maestro de la historia y la literatura, con 91 años gozando de su excelente salud y recordando su patria chica Arboledas, municipio de Norte y Santander, en donde la violencia arrojó lo más cruel del ser humano. Actualmente, con la feria de ULIBRO, que se lleva a cabo en las instalaciones de Neomundo, en Bucaramanga, es la mejor ocasión para que adquieran y disfruten de este magno evento y este libro, que presenta para los chicos menores de cincuenta años, una historia de una sociedad ciega, matándose a plomo, cuchillo o con escopetas de un solo tiro. Miren en este libro un dato que los llevará cual la lectura, primero a no creer que esto sucediera y luego a reconocer que la persona viviente es dignidad y aprecio. Bien, mi amigo Olivo, por ese libro, que debe estar en la biblioteca oficial y también en la de cada uno de los hogares colombianos. Dios y Patria.
*Contador público. Asesor empresarial.
