Señor Empresario
Resumen
La migración interna y venezolana ha saturado a Bucaramanga y sus alrededores, generando caos urbano. Se sugiere fomentar el crecimiento en otras zonas y controlar nuevos asentamientos urbanos para mantener la calidad de vida y evitar problemas de infraestructura y empleo.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Las ciudades de Bucaramanga, Floridablanca, Girón y Piedecuesta han sido epicentro, de una migración, que viene de todos los municipios del departamento de Santander, Norte de Santander, gran parte de la Costa Atlántica, y en menor escala Cundinamarca, Boyacá, Valle y Antioquia. Ha sido, se puede decir, después de los años de 1960, un lugar para sentar la morada de vivir con familia, de todas las clases sociales, siendo muy representativas, las clases campesinas pobres, que rodearon de tugurios o semi tugurios, los alrededores de la Bucaramanga antigua, llamada la meseta de las cigarras, y las otras ciudades pequeñas mencionadas, que son parte del área metropolitana..
También ha llegado y sigue llegando gente de provincia a establecerse, dejando a los pueblos en decadencia y haciendo de este rincón patrio, una urbe con cantidad de conflictos. Una cifra muy representativa de venezolanos, en su mayoría pobres, que han aumentado la delincuencia, también son parte del desorden citadino.
Esta inercia de la población, lleva a que se tenga que habilitar un sistema de salud amplio y suficiente, que creo que lo hay, muy bueno, por cierto, con unos pequeños ajustes que deben hacerse, de logística y comportamiento ético de algunos funcionarios. Hacer más edificios, más casas, más barrios, no es propiamente, un desarrollo urbanístico, sino una necesidad que se debe subsanar, por la demanda demográfica.
El desarrollo, debería mirarse como la atención al crecimiento población propio del ente territorial, es decir de los raizales, y no de los emigrantes, como le sucedió a Bogotá, en donde hay más hinchas del Junior, que de Santafé. El atraso, la corrupción regional, hace que la genta, vea más expectativas en la gran ciudad.
Por eso un gobierno altamente visionario debe mirar hacia el campo, hacia la provincia; debe frenar la construcción de estilo vertical, que llena de caos vehicular, porque en donde había dos carros, ahora parquean más de cien. Así, como se hizo “Ruitoque”, y muchas urbanizaciones de amplio estilo elegante, deben propagarse, con buenas vías de comunicación, en otros pueblos, como San Gil, Socorro, Barbosa, Lebrija, Rionegro, solo por decir de algunos lugares.
Hasta ahora la cumple La Mesa de los Santos, en un bajo porcentaje, porque los asentamientos de allí, son de turismo, en su inmensa mayoría, de un buen fin de semana de la gente bumanguesa.
Ciudades del mundo como París, les abre los brazos a todos los ciudadanos del planeta, para que lleguen a recrearse, y con ello recibir una millonada de euros, dólares, y les dice hasta la vista, porque dar residencia, es un asunto complicado. Es una regulación que se pide, pero de orden cultural, con el apoyo oficial y de la empresa privada. Somos una democracia, como la tiene Francia, pero los estándares del buen vivir están en un racionamiento poblacional; los habitantes de París, son casi, la misma cantidad, que la de hace 40 años. Que venga al área metropolitana, toda Colombia, todos los extranjeros, paseen, gocen unos días, y regresen a sus cotidianos quehaceres. Nada de permitir nuevos asentamientos. La infraestructura ya esta lista. Falta la cultura, la disciplina, la seguridad y el buen ambiente de pleno empleo que se consigue sin aumento poblacional.
*Contador Público. Asesor Empresarial.