Señor Empresario

Que bonito es Santander, pero que malito son sus vías de comunicación, en donde, ni la naturaleza, ni el gobierno nacional, ni el departamental, ayudan a implementar y desarrollar la 4 economía del país. Se cree que el planeta tierra tiene aproximadamente 4.500 millones de años y el hombre aparece solo hace 140.000 años, es decir es el ser más “pollo” del planeta.

Recuerden los escritos bíblicos en donde Dios, en 7 días, crea la tierra, dando la puntada final en nuestro tataratara…….abuelo, llamado Adán, diciendo así que es la última creación, todo lo demás ya estaba listo; y según Darwin, el de el origen de la especies, como el hombre resulta de la evolución, nosotros no somos más que una bacteria gigante, que no conocía parientes, pero que en la medida que la población crecía se fue socializando, creó a Eva,  descubrió el fuego, inventó la rueda, se dio cuenta que los ríos y los mares eran las carreteras o vías de comunicación, con lo cual se subió a un palo flotante y allí se desplaza al otro lado del río a conquistar a María Antonia, que tenía una tienda de besos y algo más?

Muchísimos años después, pero que no llega a millones, (recuerda la edad del hombre de solo 140.000 años), se da comienzo al desplazamiento terrestre, “no a pata”, sino con domesticación de bestias animales (hay mucha bestia humana todavía sin el temor de Dios) para que sirvieran de carga y pasajeros; conjuntamente con la rueda se crea el “carro mixto”, que es ese pedazo de madera y metal unido al inocente animal y conducido por la bestia humana. También había carretas cuyo motor era la fuerza del pobre esclavo, conduciendo a las concubinas del amo y señor, que ni era amo, ni era señor, pero ya dominaba a la individualidad libre.

Las cosas duraban miles de años siendo las mismas y al cabo de largo aliento se veían ínfimos cambios; pero en la medida que transcurría el tiempo las cosas se aceleran a tal punto que después de Cristo, ya las transformaciones se dan rápidas, solo en periodos de cada cien años y a partir de los años de 1900, la metamorfosis se da en cuestión de días, por no decir de horas o minutos, cual velocidad tiene un misil, que en un relampagueo acaba con una ciudad tan grande como Nueva York.

¿Pero, a qué viene este cuento? Que, en nuestro lindo, queridísimo paraíso que se llama Departamento de Santander, las cosas están en su gobierno e infraestructura como en cinco mil años antes de Cristo.  Creo no encontrar en los caminos que hizo el gran imperio romano, un derrumbe, un taponamiento, ni por las nieves de invierno, y pueblo que no tuviera la seguridad de las alturas.

Una de las principales fuentes del avance económico, son las carreteras, que desarrollan el comercio agrícola, el comercio industrial y el gran comercio en donde la gente gasta más dinero, que es el turismo, llámelo, ecológico, ecuménico, social, sexual, como la canción que ahora un hombre le canta a otro hombre, “estoy enamorado de un amigo mío”; religioso, con curas y monjas por aparte o unidos, porque creo que ya no es pecado mortal el amor de ánimas vivas. Uno no sabe si el podrido es el gusano o la gran manzana que le da posada al referido vicho nauseabundo. Es la bacteria de la cual se menciona en el origen del hombre.

Se dice que las carreteras de Santander son las pésimas de Colombia, en donde, sin ser ingeniero, se puede conocer, cómo debe trazarse, en estos tiempos, mirando todos los aspectos positivos y los contras, como son el estudio de suelos que están por debajo y por encima de ella, sin mirar que pase por la finca del presidente o del que llenó el bolsillo de ese imperdonable funcionario público o contratista que desgasta más que la Dian pidiendo cárcel para los microempresarios.