Señor Empresario

Resumen

El 4 de noviembre de 1922, Howard Carter descubrió la tumba intacta de Tutankamón, un joven faraón egipcio que asumió el poder a los ocho años y murió a los 19. Sus problemas de salud y la muerte de sus hijos simbolizan el fin de su dinastía.

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by Jose Caicedo Solano
Señor Empresario

El 4 de noviembre de 1922, hace 103 años, es descubierta la tumba del famoso Tutankamón, gran faraón (¡¡) egipcio (aunque la verdad, los faraones fueron solo egipcios, como los zares solamente fueros rusos), por parte del inglés Howard Carter, y la gran noticia fue, encontrar el sarcófago intacto, después de permanecer en su tumba por más de 3246 años, si la historia y los métodos de conteo están bien hechos, todos con años de doce meses.

Por: José Caicedo Solano*

No deja de ser sorprendente, cómo la biblia, que no da fechas históricas, menciona a Moisés, salvado de las aguas, la muerte del primogénito de Egipto, entre las plagas de eses país y la correlación con este ser inmortal de la historia, la muerte del primer hijo, y la terminación del imperio faraón, con la salida de los esclavos israelíes. No había quien les trabajara gratis y chao el imperio, lo mismo que sucede con Roma, cuando se va aboliendo la esclavitud. En Estados Unidos se acaba la esclavitud y llegan los extranjeros, entre otros, muchos latinos a trabajar bien barato, y por eso no sucumbieron.

Este niño, Tutankamón, llega al poder a los ocho años de edad, y muere cuando tenía apenas 19 años de edad, es decir, nunca fue adulto, y su historia generacional, según los últimos historiadores, no fue muy llevada a los cielos de ser uno de los príncipes azules. Se dice que, seguramente, el abuelo faraón, embaraza a su hija, sin pena ni gloria, porque se creían el cuento que eran dioses, y ella da a luz a Tutankamón. El niño padece grandes enfermedades, como problemas óseos, labios leporinos, dificultad en el andar, por lo que se menciona que había muchos bastones alrededor de su tumba.

Para, colmo de cosas, nuestro personaje se casa, tiene dos hijos y ambos nacen muertos. Este gran personaje de la historia universal, es el último de la gran dinastía de los faraones. Es el Nicolás II de los zares. Para los científicos, este problema biológico, es propio de la relación sexual familiar, que la prohíbe, la razón, la ley y la parte científica. La luz religiosa dice, bien aventurados los pobres de espíritu, porque para ellos el reino de los cielos. Tal vez por ello “vivió” muero tantos años, en forma igual. La idea es que la sociedad sigue, pero los imperios son finitos, así duren mas de quinientos años, que no es nada, comparado con la edad de nuestro planeta.

Las empresas, no pueden acabarse, señor empresario, por cometer los errores de creernos dioses y dejar la dinastía en mi hijo más querido y no en mi hijo más capaz; tampoco, porque es para mi hijo varón y las mujeres que rindan en otros lares. La racionalidad y la inteligencia emocional, debe ser una fuente de gran iluminación en nuestro comportamiento. Todavía me asombro que en el código de comercio de Colombia se habla de vida útil de las empresas, cuando ellas deben ser eternas, pero no siendo las mismas, sino evolucionando al compás de la buena música de la actualización tecnológica, pensamiento y comportamiento de los seres racionales. Adiós a una empresa tutankamona, que es famosa pero dura poco.

Deben acabarse los códigos de familia, cuando hoy en día, un ser de setenta años está en el gran boom del conocimiento, sobre todo si es universitario y tiene la actualización y la experiencia de ver desarrollarse su empresa, como pasó con don José Acevedo, “tutankamondose”, ir al infinito, a los 106 años y Haceb siendo primaveral.

*Contador Público. Asesor empresarial.

                    

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