Sentido común

Resumen

El sentido común de los gobernantes influye en el desarrollo de las naciones. Corea del Sur y Cuba, partiendo de contextos difíciles, muestran cómo decisiones de liderazgo pueden transformar economías. El progreso coreano evidencia la importancia de una buena administración.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Jaime Galvis Vergara
Sentido común

Hay un factor muy importante para el desarrollo y bienestar de los países y es algo que se omite al analizar el progreso relativo de las nacionalidades. Es el sentido común de los gobernantes.

Por: Jaime Galvis Vergara

Esto se puede visualizar al comparar la evolución en períodos similares de países dominados por largos períodos bajo un gobierno unipersonal. Se puede establecer un análisis comparativo de la evolución de los regímenes de Cuba y Corea del Sur. Ambos surgidos de circunstancias excepcionales.

La Revolución Cubana tuvo lugar en un país relativamente próspero, contra una dictadura muy similar a las que se han presentado en diversos países de América Latina. Cuba, situada en la vecindad de la mayor potencia del Mundo recibía cuantiosas inversiones y un nutrido turismo de su poderoso vecino. Aunque había desequilibrios sociales no había una situación de penuria.

En el año 1959, la Revolución Cubana triunfa, derrocando al dictador Fulgencio Batista. En el año 1960, tras una elección fraudulenta del presidente Singman Rhee en Corea del Sur, sobrevino una revuelta popular y posteriormente un golpe de Estado, Park Chung Hee tomo el poder.

La situación de Corea del Sur era francamente deplorable, Había salido de una guerra que dividió el País, con dos sistemas de gobierno irreconciliables; además, Corea del Sur se hallaba en medio de dos grandes países (Japón y China) arruinados por la segunda guerra mundial. Un país carente de industria y con una agricultura rudimentaria, además, carente de recursos minerales, se hallaba en una situación crítica.     

La Revolución Cubana Inició un programa de expropiaciones masivas, se desencadenó una oleada de ejecuciones sumarias, en medio de una estridente propaganda política y una obsesión ideológica, estableció una alianza con la Unión Soviética que le significaba un auxilio económico. En medio de proyectos utópicos y medidas absurdas la economía de Cuba se estancó. Hubo algunas mejoras en salud y educación, pero la producción industrial y agrícola se paralizó, por lo cual el País entró a depender del subsidio de la Unión Soviética.

Con el desplome de la Unión Soviética, en la década de los años noventa, la economía de Cuba se derrumbó llegando a una situación de hambruna.

Al alcanzar el poder en Corea del Sur, en 1061 Park Chung Hee estableció una dictadura en la cual se controló la corrupción y se dinamizo la administración. Se estableció un programa de industrialización a marchas forzadas, creando grandes emporios fabriles (Chaebols) y fomentando la exportación de manufacturas. En 18 años Corea del Sur se transformó en un emporio industrial, en 1979 Park Chung Hee murió asesinado. Sin embargo, el impulso económico continuó hasta situar a Corea del Sur como la décima economía del Mundo. Un gran ejemplo de sentido común.       

Ese sentido común ha producido el desarrollo de países tales como Singapur, Taiwán, Malasia, Irlanda y fue el factor de progreso de la Alemania de Bismarck, de la Suecia de inicios del Siglo XX, del Japón de la segunda mitad del Siglo IXX, del Mercado Común Europeo en la postguerra, del Estado de Israel actual. Desafortunadamente el sentido común no ha podido germinar en Iberoamérica.

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por Jaime Galvis Vergara
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