¿Siente que todo da vueltas? Podría estar sufriendo vértigo

Aunque suele ser minimizado como un simple mareo, el vértigo es una condición médica que afecta entre el 15 y el 35% de la población mundial en algún momento de su vida, según estimaciones recientes. En Colombia, se ha identificado que puede estar relacionado con causas cardiovasculares, alteraciones en el sistema nervioso central o trastornos del oído interno, impactando de manera severa la calidad de vida de quienes lo padecen.
“El vértigo es mucho más que un mareo pasajero. Se trata de una alucinación de movimiento que, en casos recurrentes, puede provocar ansiedad, aislamiento social y hasta temor a caminar o moverse libremente”, explica la Dra. Paola Lozano, magíster en medicina alternativa y vocera de Heel Colombia.
Según datos de centros de salud en el país, el vértigo y los mareos son la tercera causa más común de atención en urgencias y medicina general. A pesar de ello, muchas personas siguen sin identificar cuándo deben consultar, lo que retrasa su diagnóstico y tratamiento oportuno.
Las cifras revelan que entre el 20% y el 56% de la población general ha experimentado mareos o vértigo en alguna ocasión, aunque solo una fracción de esos casos recibe atención médica adecuada.
Un estudio nacional identificó las causas más comunes: afecciones cardiovasculares (24,3%), alteraciones del sistema vestibular periférico (22%) y enfermedades del sistema nervioso central (15,8%). En muchos de estos casos, el vértigo aparece como un síntoma de una condición de fondo que requiere atención especializada.
“El diagnóstico debe ser integral y cuidadoso. Un tratamiento superficial puede aliviar momentáneamente, pero no resolver la causa. En medicina biorreguladora, por ejemplo, buscamos estimular los procesos naturales del organismo para una recuperación más duradera y sin efectos secundarios adversos”, agrega Lozano.
¿Cuándo consultar?
Algunos de los signos de alerta que indican la necesidad de buscar atención médica incluyen:
- Episodios frecuentes de inestabilidad o sensación de giro.
- Mareos al cambiar de posición o mover la cabeza.
- Náuseas sin causa aparente.
- Desequilibrio acompañado de visión borrosa o pérdida auditiva.
- Caídas o miedo persistente al caminar.
Aunque el tratamiento depende de la causa específica, existen medidas preventivas y de autocuidado que pueden ayudar a reducir el impacto de los síntomas:
- Evitar movimientos bruscos de cabeza.
- Mantener una hidratación adecuada.
- No automedicarse ante los primeros síntomas.
- Consultar al médico si el malestar se repite o empeora.
- Considerar terapias complementarias que equilibren el sistema nervioso y auditivo.