Sin Visa de trabajo se habría quedado Espinosa Paz
Resumen
Espinoza Paz, figura del regional mexicano, ve afectada su carrera internacional tras la suspensión de su visa de trabajo en EE.UU. Sin vínculos con narcocorridos, su caso es un reflejo del clima migratorio restrictivo en el entretenimiento latino.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Espinoza Paz, uno de los exponentes más populares del regional mexicano, enfrenta un revés en su carrera internacional tras la suspensión de su visa de trabajo en Estados Unidos. Aunque esta situación lleva meses desarrollándose, ha cobrado fuerza recientemente por su impacto directo en la agenda del cantante sinaloense, quien se ve imposibilitado no solo de ofrecer conciertos en territorio estadounidense, sino incluso de ingresar al país.
La noticia ha sorprendido a sus seguidores, ya que Espinoza Paz no es conocido por producir narcocorridos —subgénero que suele estar bajo la lupa de las autoridades migratorias de EE. UU. por su presunta apología al delito—. Su música, centrada en temáticas románticas y cotidianas, ha mantenido una distancia clara de las polémicas líricas que han afectado a otros artistas del regional mexicano.
El caso de Espinoza no es aislado. Cantantes como Julión Álvarez, Eduin Caz y grupos como Los Alegres del Barranco también han enfrentado restricciones migratorias similares. En el caso de Julión, la revocación de su visa ocurrió poco antes de una presentación en Texas, lo que obligó a la suspensión del concierto. A diferencia de Espinoza Paz, estos artistas sí han sido vinculados, directa o indirectamente, con la interpretación de narcocorridos, lo cual podría explicar la postura más restrictiva del gobierno estadounidense hacia ellos.
Aunque no se han revelado oficialmente los motivos detrás de la suspensión de la visa de Espinoza Paz ni de la posible afectación a su equipo de trabajo, esta medida se enmarca en un contexto más amplio de endurecimiento migratorio frente a ciertos sectores del entretenimiento mexicano. El auge y la popularidad de festivales como el Corridos Fest —realizado el pasado 24 de mayo en Modesto, California— reflejan una contradicción: mientras el género goza de gran aceptación entre el público latino en EE. UU., las autoridades incrementan su vigilancia sobre los intérpretes.
La presentación más reciente de Espinoza Paz tuvo lugar en Michoacán, como parte del Festival Origen 2025 con entrada libre en celebración del Día de las Madres. Mientras tanto, su futuro inmediato en escenarios internacionales queda en suspenso, en espera de que se resuelva su situación migratoria. La incertidumbre reina tanto para él como para otros músicos afectados, quienes ven cómo sus carreras se ven limitadas por decisiones administrativas que, en algunos casos, van más allá de su control o de sus contenidos musicales.