¿Spa para muertos en un cementerio?: El insólito caso de una santandereana que desenterró a un finado para bañarlo y ponerlo bonito

¿Spa para muertos en un cementerio?: El insólito caso de una santandereana que desenterró a un finado para bañarlo y ponerlo bonito

Resumen

En Landázuri, Santander, una mujer desenterró a un joven fallecido para darle un 'retoque de imagen', incluyendo un baño y cambio de ropa, sorprendiendo a todos en el cementerio. La escena fue detenida por familiares y policía.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Camilo Silvera

 

En Landázuri, Santander, hasta los muertos pensaron que era día de limpieza. Una mujer, con más determinación que sentido común, decidió que el difunto Diego Expedito Moreno Rojas necesitaba un baño, cambio de ropa y hasta un retoque de imagen… pese a que el joven llevaba tres meses bajo tierra.

El curioso episodio, que parece sacado de una película de humor negro, ocurrió este miércoles en el cementerio municipal de esta localidad santandereana, justo cuando el sepulturero había abierto temprano el camposanto para permitir la visita de los dolientes. Nunca imaginó que mientras él reposaba su fiebre, alguien aprovecharía su buena fe para armar semejante escena.

 

El baño que nadie pidió

Cuando el hombre regresó a revisar el lugar, encontró a la mujer con un balde de agua, guantes, jabón, desodorante y hasta crema dental. “Lo voy a bañar”, dijo muy convencida, mientras hablaba con el cadáver como si estuviera en una charla de pareja: le reclamaba, lo insultaba y luego lo consolaba, prometiéndole que lo dejaría “como nuevo”.

Para completar, le mostró la pinta nueva: un blue jean que, según ella, “le iba a quedar mejor que el que tenía”. “Sabes qué, papacito, le voy a comprar uno mejor”, decía con toda la ternura del caso, mientras el sepulturero, que grababa todo con su celular, apenas alcanzó a preguntarle: “Mamita, ¿usted por qué hizo eso? Eso es un delito…”

Pero el episodio no terminó ahí. Cuando el sepulturero fue a buscar ayuda, la mujer ya había levantado la tapa del féretro y en pleno ritual de aseo. Un hombre, aparentemente familiar del difunto, llegó furioso con machete en mano dispuesto a detenerla, pero tres policías lo contuvieron justo a tiempo para evitar que el cementerio se convirtiera en el escenario de otra tragedia.

“¡Dizque a bañarlo!”, se quejaba indignado el padre del fallecido, mientras los uniformados reducían a la mujer, que se resistía con fuerza a dejar el ataúd de su “engreído”.

 

Entre el desconcierto y la incredulidad

El párroco Bayron Alexander Martínez confirmó que el cuerpo correspondía a Diego Expedito, un joven asesinado en julio pasado de una puñalada en Cimitarra. El sacerdote también relató que el sepulturero, aún convaleciente, volvió a sellar la bóveda y repuso la lápida como pudo.

En el pueblo, el tema es la comidilla del día. Nadie entiende qué llevó a la mujer a semejante acto, ni si lo hizo movida por el dolor, la locura o el más extravagante sentido del amor eterno.

Por ahora, la Policía de Santander no ha revelado la identidad de la protagonista de este peculiar “ritual de belleza post mortem” ni si será judicializada. Lo cierto es que Landázuri difícilmente olvidará la jornada en que una tumba se convirtió, por unas horas, en un improvisado spa.

 

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por Camilo Silvera
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