Tensión y reacomodos en Red Bull: la lucha interna por los tres asientos que podrían redefinir la Fórmula 1 en 2026

La estructura de Red Bull atraviesa una etapa de reestructuración profunda y, al mismo tiempo, una lucha interna por el poder que mantiene en vilo a la Fórmula 1. Con la salida de Christian Horner y la llegada de nuevos líderes, la decisión sobre quiénes ocuparán los tres asientos restantes —uno en la escudería principal y dos en Racing Bulls— se ha convertido en un pulso político y deportivo que podría marcar el rumbo de la próxima temporada.

Mientras Max Verstappen intenta mantener vivas sus opciones para conseguir su quinto título frente al ascenso de McLaren y sus jóvenes talentos, el resto de la estructura de la bebida energética vive un ambiente cargado de incertidumbre. La tensión se centra en quién acompañará al neerlandés en 2026 y cómo se distribuirán los asientos restantes, un dilema que mezcla intereses deportivos, estratégicos y personales.

Según el periodista neerlandés Erik van Haren, del diario De Telegraaf, la elección no estará únicamente en manos del histórico asesor Helmut Marko, sino que ahora también intervienen Laurent Mekies —nuevo jefe de equipo tras la salida de Horner— y Oliver Mintzlaff, jefe deportivo global de Red Bull. “Quieren confirmar a los cuatro pilotos de toda la familia Red Bull a la vez”, explicó Van Haren en el pódcast oficial F1 Nation. Esto implica que la decisión final se tomará entre finales de noviembre y comienzos de diciembre, luego del Gran Premio de Abu Dhabi.

Marko, por su parte, apuesta firmemente por el francés Isack Hadjar, apodado el “Mini Prost” por su estilo técnico y metódico al volante. Hadjar ha tenido una temporada destacada, aunque con altibajos en las últimas carreras, lo que mantiene el debate abierto. Mekies y Mintzlaff, en cambio, prefieren esperar a ver si Yuki Tsunoda logra mantener la consistencia que mostró en Austin y México, donde su rendimiento lo acercó a los tiempos de Verstappen.

La disputa por los puestos también involucra a Liam Lawson y al joven británico Arvid Lindblad, de solo 18 años, quien ya impresionó en Fórmula 3 y cuenta con los puntos necesarios para obtener la Súper Licencia. Lindblad es visto como el futuro del programa de jóvenes pilotos, y su posible ascenso a Racing Bulls marcaría un relevo generacional dentro del ecosistema Red Bull.

El conflicto interno se agrava por los roces personales que persisten dentro de la estructura. Jos Verstappen, padre de Max, reapareció públicamente para expresar su satisfacción con la llegada de Mekies, afirmando que “el ambiente en el equipo es completamente diferente” y que su hijo “vuelve a disfrutar de correr”. Sin embargo, las declaraciones no pasaron desapercibidas, ya que tanto Jos como Marko fueron protagonistas en las tensiones que derivaron en la salida de Horner, quien fue investigado por “conducta inapropiada” hacia una empleada del equipo.

La prensa británica incluso reveló que la mujer fue apartada de su cargo por “falta de honestidad” y que el padre de Verstappen habría mantenido una relación sentimental con ella, lo que habría intensificado el conflicto interno. Estos rumores, aunque no confirmados, reflejan el clima de desconfianza que atraviesa la escudería campeona del mundo.

En este contexto, el sitio oficial de la Fórmula 1 publicó un análisis firmado por Lawrence Barretto en el que identificó a Tsunoda, Hadjar y Lawson como los principales aspirantes a los asientos vacantes. Tsunoda, con casi cinco años en la categoría, cuenta con experiencia y conocimiento del entorno, mientras que Lawson ha mostrado una progresión sólida tras su breve paso como sustituto de Verstappen. Su madurez y constancia lo posicionan como una alternativa segura para Racing Bulls, aunque su regreso al equipo principal parece, por ahora, lejano.

La definición final de Red Bull no solo marcará el destino de sus pilotos, sino también el equilibrio interno de poder en una estructura que, pese a dominar los últimos años, atraviesa un proceso de transformación inédito. Las decisiones que se tomen antes de fin de año podrían determinar si el equipo mantiene su hegemonía o si las tensiones internas abren espacio a una nueva era de competencia en la Fórmula 1.