Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El declive de la lectura profunda en tiempos modernos
Desde la magia de Hogwarts hasta la era de los hashtags, los patrones de lectura de los más jóvenes han sufrido un giro radical en las recientes décadas, aunque existen razones para mantener el optimismo.
Por: Mariluz Plata/Especial para EL FRENTE
Entre 1997 y 2007, las novelas fantásticas de JK Rowling sobre un joven mago de aspecto frágil y gafas en Hogwarts cautivaron a niños y adultos por igual. Las librerías se llenaban a medianoche para el estreno de cada nuevo libro, llamado Harry Potter y… alguna de sus inverosímiles aventuras, y los disfraces de brujas y magos inundaban Halloween, y los jóvenes lectores devoraban una y otra vez estos extensos volúmenes.
No obstante, desde la irrupción de la lectura digital a principios del siglo XXI —artículos en línea, blogs, emails, posts en redes sociales y chats—, el interés de los niños por la lectura recreativa ha disminuido considerablemente. Podría ser que no volvamos a ver una saga literaria capturar la imaginación infantil como lo hizo Harry Potter.
El declive del libro impreso no solo ha restado importancia a los libros en la cultura juvenil, sino que también podría estar deteriorando las habilidades lectoras de los niños, según revela un reciente metaanálisis.
En 2011, investigadores analizaron 99 estudios sobre el impacto de la lectura impresa en la comprensión lectora infantil. Los hallazgos fueron significativos: la exposición a la lectura impresa mejoraba notablemente su habilidad para entender y recordar lo leído. Además, este hábito generaba un círculo virtuoso: al enfrentarse a textos más largos y complejos, los jóvenes lectores afinaban sus habilidades y buscaban obras aún más desafiantes.
Lo digital es corto y sin fondo
Un nuevo metaanálisis realizado por científicos de la Universidad de Valencia en España, que incluyó 26 estudios y cerca de 470.000 participantes, se enfocó en la lectura digital en el tiempo libre. Los resultados indicaron que, aunque la lectura digital sí mejora la comprensión, su beneficio es entre seis y siete veces menor comparado con la lectura impresa, y el efecto es aún más reducido en niños.
Los autores sugieren que una excesiva exposición a la lectura digital podría impedir que los niños construyan una sólida base lectora en un periodo crucial para su desarrollo. Argumentan que la calidad lingüística de los textos digitales suele ser inferior, con un lenguaje más informal, vocabulario simplificado y una estructura menos rigurosa.
Además, el contenido digital tiende a ser más breve, no requiriendo la misma concentración y retención que las obras impresas con tramas complejas y una amplia gama de personajes.
Lectura y Generaciones Futuras
“Información reciente de la Asociación Estadounidense de Bibliotecas muestra elecciones interesantes de la Generación Z actual (de 13 a 25 años) en comparación con los Millennials (de 26 a 40 años). Según su estudio, los miembros de la Generación Z no solo leen más libros al mes (presumiblemente por placer) que los Millennials, sino que también prefieren más los libros impresos que sus hermanos mayores”.
Baron también resalta sus investigaciones que demuestran que la mayoría de los estudiantes reconocen que aprenden y se concentran mejor con textos impresos.
¿Regresarán las futuras generaciones a la lectura impresa? Solo el tiempo lo dirá.