“Todos contamos, con todos” llega a Santander desde la Secretaría de Desarrollo Social

“Todos contamos, con todos” llega a Santander desde la Secretaría de Desarrollo Social

Resumen

La Gobernación de Santander lanza un programa piloto para capacitar a cuidadores familiares en García Rovira como auxiliares de enfermería. Con una inversión significativa, se busca dignificar, reconocer y abrir oportunidades laborales para estos dedicados cuidadores.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Andrés Quijano

Con este ambicioso proyecto piloto la Gobernación de Santander espera impactar a los cuidadores de la provincia de García Rovira con esta inversión.


En un acto sin precedentes en la historia reciente del departamento, la Gobernación de Santander, a través de la Secretaría de Desarrollo Social, ha decidido poner en el centro del debate y la acción institucional a quienes, tradicionalmente, han permanecido en la sombra: los cuidadores familiares. Mujeres y hombres que dedican su vida al acompañamiento y la atención de personas mayores o en condición de discapacidad, y que ahora, gracias al programa “Todos contamos con todos”, podrán acceder de manera gratuita a una formación profesional como auxiliares de enfermería.

La estrategia inicia como proyecto piloto en la provincia García Rovira, una de las más apartadas y con mayores índices de aislamiento geográfico. Allí, 22 cupos han sido habilitados para formar a cuidadoras y cuidadores familiares durante año y medio, bajo un modelo de educación de fin de semana. Esta modalidad busca adaptarse a las difíciles rutinas y responsabilidades de quienes cuidan de manera permanente a un ser querido, permitiéndoles capacitarse sin abandonar su labor diaria.

Más que una capacitación, una deuda histórica

"Lo que buscamos con este programa es saldar una deuda histórica con quienes cuidan en silencio, con amor, pero sin reconocimiento ni herramientas", explicó Marisol Pinzón Sierra, secretaria de Desarrollo Social de Santander. En entrevista con El Frente, la funcionaria aseguró que se trata de una iniciativa transformadora, que aspira no solo a brindar habilidades técnicas, sino también a dignificar la vida de estas personas.

El programa es gratuito e integral: cubre el valor total del semestre académico, transporte intermunicipal para facilitar el desplazamiento entre municipios cercanos, kit de materiales de práctica (que incluye tensiómetro, termómetros, guantes, tapabocas, entre otros), uniforme completo, esquema de vacunación, alimentación y refrigerios. Nada queda al azar: "No queremos que existan excusas ni barreras. Queremos que ellas se sientan respaldadas y que, por primera vez, sientan que el Estado las tiene en cuenta", puntualizó Pinzón Sierra.

Una apuesta por la inclusión social y laboral

Además de la formación técnica, el programa tiene un objetivo de fondo: abrir oportunidades laborales reales para estas personas, ya sea dentro del hogar o en el sistema de salud formal. La idea es que, en el mediano plazo, los jueces de la República reconozcan legalmente a los cuidadores familiares como responsables idóneos del cuidado de sus seres queridos y les permitan acceder a una remuneración mensual, sin necesidad de recurrir a terceros.

"Nos contaban el caso de una madre en Molagavita que cuida a su hijo con discapacidad. Nadie quería ir hasta allá. Pero ella está capacitada, conoce cada detalle de la condición de su hijo. ¿Por qué no reconocerle eso y pagarle por hacerlo?", reflexionó la secretaria, quien dejó claro que este programa también busca justicia económica para personas que no pueden trabajar fuera del hogar precisamente por su rol de cuidado.

Un piloto que podría expandirse a todo Santander

El proyecto en García Rovira, con una inversión inicial de 150 millones de pesos y una proyección de hasta 400 millones en su fase total, es apenas el comienzo. “Dependiendo de los resultados, aspiramos a extenderlo en 2026 a toda el área metropolitana de Bucaramanga y otras provincias del departamento”, afirmó Pinzón. El programa se complementa con otras acciones sociales dirigidas a los cuidadores: jornadas de recreación, canastas básicas de alimentos, espacios de bienestar emocional como días de spa y mentorías para su liderazgo.

Estas iniciativas parten de una idea simple pero poderosa: pensar también en quienes cuidan. “La salud mental y física de las personas cuidadoras ha sido históricamente ignorada. Muchos no pueden salir a buscar el pan de cada día porque están todo el tiempo al lado de su familiar. Nosotros queremos cambiar eso”, añadió la funcionaria.

Un programa con rostro humano

Lo que diferencia a esta propuesta no es solo su cobertura o gratuidad, sino su profundo enfoque humano. El nombre mismo del programa, “Todos contamos con todos”, refleja un principio de igualdad e inclusión que atraviesa toda la iniciativa. Como dijo Pinzón: “Todos valemos igual. Con discapacidad, sin discapacidad, mayores, niños o jóvenes. Y por eso todos contamos”.

Ese enfoque se ha construido desde la escucha activa. La Secretaría ha sostenido reuniones con las cuidadoras, ha escuchado sus necesidades, temores, retos y sueños. Ha entendido que más allá del cansancio físico o el desgaste emocional, existe una necesidad urgente de reconocimiento social, económico y profesional.

Un ejemplo para replicar

Con esta iniciativa, Santander se convierte en un referente nacional en cuanto a la política pública dirigida a los cuidadores familiares. Si bien algunas secretarías de Mujer han implementado acciones en este sentido, esta es la primera vez que desde Desarrollo Social se plantea un programa tan completo, con una visión formativa y a largo plazo.

La experiencia ya comenzó a despertar el interés de otras regiones, que ven en este piloto una oportunidad para replicar modelos similares que reconozcan y fortalezcan el rol de quienes, día a día, sostienen la dignidad de los más vulnerables con sus propias manos.

Una red que se fortalece desde el cuidado

El programa también busca tejer redes de apoyo entre cuidadores. “Queremos que se conozcan, que no se sientan solos, que sepan que hay otros como ellos enfrentando desafíos similares”, afirmó Pinzón Sierra. Esta red, según explicó, es parte fundamental del fortalecimiento comunitario y de la construcción de un nuevo tejido social donde el cuidado no sea visto como una carga individual, sino como una responsabilidad compartida.

Más allá de la capacitación: una visión integral del cuidado

“Todos pensamos en la persona con discapacidad, pero pocos piensan en quien la cuida”, resumió la secretaria. Por eso, esta formación no es solo técnica, sino también emocional y comunitaria. Es, en palabras de los beneficiarios, “una oportunidad para volver a soñar”.

Así, con una mirada comprensiva e incluyente, el Gobierno Departamental de Santander marca un hito. Porque cuando cuidamos a quienes cuidan, cuidamos a toda la sociedad. Porque en efecto, todos contamos con todos.

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por Andrés Quijano
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