Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Los empleados y trabajadores del ‘Sistema de Transporte Masivo Metrolínea’ salieron a protestar para exigirle al alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán Martínez una supuesta indemnización que solamente podrían reclamarla si fueran accionistas de alguna de las dos empresas subsidiarias que también fueron creadas por los empresarios del transporte para atender este elemental servicio público.
Las pérdidas totales del capital y sus activos, después de doce años de funcionamiento, representan alrededor de SEISCIENTOS OCHENTA MIL MILLONES DE PESOS ($680.000’000.000) por este invento del gobierno nacional del expresidente Álvaro Uribe Vélez, que había impuesto a los funcionarios del Ministerio del Transporte la obligación de crear este sistema de transporte colectivo en las áreas metropolitanas de Bucaramanga, Cali y Barranquilla.
Los bancos que prestaron la plata para adquirir los buses articulados, con capacidad para movilizar hasta ciento cincuenta (150) pasajeros, en las rutas creadas por el mismo Ministerio del Transporte, perdieron la totalidad de su capital, lo mismo que las dos empresas privadas que fueron creadas por exigencia del gobierno nacional.
El componente accionario se distribuyó entre Bucaramanga, con el noventa por ciento (90%), Floridablanca, Girón y Piedecuesta con el diez por ciento (10%), teniendo como cabeza principal a la alcaldía de la capital de Santander. Los terminales de Metrolínea en Piedecuesta y Floridablanca fueron un rotundo fracaso, porque están ubicados en barrios donde sus habitantes tienen automóviles particulares para movilizarse hacia sus lugares de trabajo y ocupación.
En Girón y el norte de Bucaramanga construyeron, con recursos de la nación, los terminales de Metrolínea, sin incluir las vías de acceso. En Floridablanca invadieron unos terrenos ubicados en el sector de ‘Papi Quiero Píña’, un negocio de la firma Urbanizadora David Puyana, donde debían ubicarse unos parqueaderos para las flotas de buses verdes, que trajeron del Brasil. La firma constructora David Puyana está reclamando miles de millones de pesos de indemnización.
Los insultos y la gritería de los empleados y trabajadores de Metrolínea contra el alcalde de Bucaramanga, Jaime Andrés Beltrán Martínez, que la semana pasada realizaron protestas callejeras irrespetuosas, no encajan dentro del derecho laboral a su liquidación por parte de la nueva administración de Bucaramanga, como pretenden hacerlo por las vías de hecho, por haberse convertido este fortín burocrático de varias alcaldías, en el ‘Pozo Donato’ donde todos los querellantes fueron parte del fracaso. Muchas demandas vendrán para reclamar por los presuntos derechos laborales, pero pasarán muchos años hasta cuando se resuelva por la vía jurídica, quienes deben responder por la quiebra de Metrolínea, que no son precisamente las alcaldías de Bucaramanga, Floridablanca, Piedecuesta y Girón ‘A otro perro con ese hueso’, ¡como dirían nuestros abuelos!
