Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Los incendios que han azotado el norte de Texas durante más de una semana han dejado un rastro devastador, con más de cinco mil kilómetros cuadrados de forestas arrasadas y graves pérdidas económicas para el estado, según fuentes oficiales.
Las condiciones climáticas desfavorables, como temperaturas más altas de lo normal, bajos índices de humedad y fuertes vientos, han contribuido a la rápida propagación de las llamas.
El incendio más grande, conocido como Smokehouse Creek, ha consumido casi 429.000 hectáreas, incluyendo gran parte de las pasturas del Rancho Turkey Track, que se extiende sobre 32.375 hectáreas al este de Stinnett. A pesar de los esfuerzos de los bomberos, solo se ha contenido un 37 % del incendio.
Aunque el incendio Magenta Fire, que se originó en el Condado Oldham, ha sido contenido, las consecuencias son devastadoras. El comisionado de Agricultura de Texas, Sid Miller, informó que más de 3.600 bovinos han muerto en los más de 20 incendios desatados la semana pasada. Este número podría aumentar significativamente a medida que se realicen inspecciones adicionales.
Además de las pérdidas de ganado, cientos de viviendas han sido destruidas y al menos dos personas han perdido la vida. El jefe de bomberos Chief Zeb Zmith, de 40 años, falleció en la ciudad de Fritch mientras combatía las llamas en una casa, en un incidente no relacionado con los incendios forestales.
La ganadería en Texas, que cuenta con más de 11 millones de cabezas de ganado, es fundamental para la economía del estado. Se espera un impacto significativo en los precios de la carne en todo el país debido a la devastación en la región conocida como Panhandle de Texas, donde pasta el 85 % del ganado del estado.
Las autoridades locales y los residentes continúan luchando contra los incendios, mientras se espera que las condiciones climáticas mejoren en los próximos días para ayudar en los esfuerzos de extinción.
