TRES soldados profesionales asesinados por ELN en Boyacá
Resumen
Tres soldados fueron asesinados y tres resultaron heridos tras un enfrentamiento entre el ELN y el Ejército en Chita, Boyacá. La comunidad teme el regreso de la violencia y pide presencia estatal permanente para evitar el retorno del conflicto.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
En zona rural del municipio de Chita, al norte de Boyacá, la comunidad volvió a sentir el miedo que parecía haber quedado en el pasado. Tras más de tres horas de enfrentamientos entre el ELN y el Ejército Nacional, tres soldados profesionales fueron asesinados y otros tres resultaron heridos en la vereda El Moral, una zona históricamente golpeada por el conflicto armado.
Los habitantes, que durante más de 15 años no habían vivido una situación similar, temen el regreso de la violencia. “Eso duró como tres horas. Se callaban y volvían otra vez al tableteo de ametralladoras. Se escuchaban unos bombazos grandes. Yo me acosté al lado, no me paré por miedo. Eso fue muy rápido, no sabía si me iba a alcanzar algunas ráfagas”, dice uno de los campesinos.
La comunidad boyacense denuncia que la presencia del ELN en la zona no era usual, lo que incrementa la preocupación por un eventual reacomodo de estructuras criminales en la región limítrofe con los departamentos de Arauca y Casanare. Los boyacenses piden al Estado una presencia permanente, no solo militar, sino también institucional, para evitar que el abandono estatal permita el regreso de la guerra. El ataque, perpetrado con granadas y ráfagas de fusil, cobró la vida de Jaider Miguel Mercado Meléndez, Andrés Felipe Arias Ponce y Durley Ascencio Tapiero, todos soldados profesionales. Los uniformados heridos son Juan Camilo Arias Cachimba, César Luis Contreras Galán y Óscar Iván Ayala Cante. El procurador general de la nación, Gregorio Eljach Pacheco, condenó el atentado y pidió a las autoridades dar con los responsables y reforzar las medidas de seguridad en el sector. Mientras las investigaciones avanzan, en Chita (Boyacá) crece el clamor de los pobladores que no quieren volver a ser testigos del horror.
