Resumen
Un estudio de la Universidad de Nuevo México detectó microplásticos en el cerebro humano, con mayor concentración que en otros órganos. La investigación destaca la necesidad de más estudios para entender los efectos de los microplásticos en la salud.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Una investigación reciente de la Universidad de Nuevo México ha revelado por primera vez la presencia de microplásticos en el cerebro humano, lo que plantea nuevas preocupaciones sobre el impacto de estos contaminantes en la salud. El estudio, basado en análisis de 51 muestras de autopsias en Albuquerque, Nuevo México, encontró concentraciones de microplásticos hasta 30 veces mayores en el cerebro que en otros órganos como el hígado y los riñones.
Los microplásticos, principalmente de polietileno, fueron detectados en el tejido cerebral. El polietileno es el tipo de plástico más producido en el mundo, con una producción anual de 80 millones de toneladas, según el Instituto Tecnológico del Plástico.
El estudio revela que el proceso de detección de microplásticos es complejo y costoso, ya que estos partículas son extremadamente pequeñas. Los investigadores utilizan técnicas avanzadas para identificar la composición química de los microplásticos en muestras pequeñas.
Los microplásticos ingresan al organismo principalmente a través de alimentos y agua contaminados, afectando la microbiota intestinal y el sistema inmunitario. También pueden ser inhalados, alcanzando el torrente sanguíneo y, en consecuencia, diversos órganos. La barrera hematoencefálica, que protege al cerebro de sustancias nocivas, parece permitir la entrada de estas partículas.
La presencia de microplásticos en el cerebro es preocupante debido a la falta de renovación celular en el tejido cerebral, lo que podría permitir que estos contaminantes permanezcan allí durante largos períodos. Aunque aún no se ha establecido el impacto exacto de los microplásticos en la salud humana, se reconoce su perjuicio significativo para el ecosistema.
Este hallazgo subraya la necesidad de investigaciones adicionales para comprender mejor los efectos de los microplásticos y desarrollar estrategias para mitigar su impacto en la salud pública.