Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Septiembre es el mes de amor y amistad por excelencia, de modo que aprovecharé esta oportunidad para entregarte estas palabras sin otro pretexto más que agradecerte y recordarte que te quiero mucho. Desde el día que nos conocimos he recibido las mejores atenciones de tu sonrisa, tus abrazos, y una infinidad de fiestas, además de los trasnochos del Niño Dios, pequeñas peloteras y hasta berrinches, frecuentes en los amigos que se hacen indispensables para vivir a plenitud.
Es verdad que discutimos porque sí o porque no, y la razón jamás ha superado nuestro ego ni la confianza, además del amor que me hace tu discípulo para enamorarme de la vida en cada uno de nuestros momentos. Nuestro amor es la enseñanza que nos ha permitido sortear diferencias y consolidar acuerdos en un sencillo gesto de nobleza, llevándonos a extender conversaciones con el simple contacto de la mirada. Amiguita, tú y yo entendemos el cuento de la lealtad porque nacimos preparados para ejercitarla en cada instante y en todas las circunstancias. ¡Amigos, simplemente amigos!
Septiembre nos invita a reflexionar, celebrar, y rendirle honores a la lealtad de esas personitas que están tan cerca como distantes, pero jamás en el olvido; a esos bonitos seres humanos que nos extienden sus brazos para descargarlos en nuestros hombros para mantenernos firmes en la desesperanza. Tenemos el privilegio de equivocarnos y la suerte de abrir las puertas del afecto a nuestros amigos y eso nos concede la sabiduría suficiente de entenderlos, quererlos y hasta soportarlos. Finalmente son nuestros verdaderos amigos, aunque digan por ahí, que también es amigo el ratón del queso.
Es extraño, porque septiembre especialmente endulza los momentos de los enamorados y los amigos en el comercio, y hasta se juega al amigo secreto, aunque para nadie sea un secreto que tampoco son amigos. Tenemos personas que siempre están a nuestro alcance y aunque pasemos inadvertidos son nuestros amigos y también existen los enamorados que celebran su “septiembre” en cada instante.
Por nuestras vidas han pasado personas llamadas amigos y muchos de ellos se harán inolvidables; otros tal vez no tanto, y los que nunca fueron permanecen en el olvido para nuestro bien. El amigo perfecto no existe, el amigo del alma no muere con la nuestra, así estemos seguros de su existencia, pero el solo hecho de ser de los nuestros, merecen nuestro aplauso.
Eres mi gran amiga, y sin promesas ni conveniencias nuestros abrazos romantizan la tarea de velar por nuestra mutua lealtad. Puedes tener la certeza de que a veces nos ocultamos ciertos momentos de dificultad para evitar contagiarnos de tristeza, aunque de vez en cuando estas sensaciones las descubrimos por intuición o en la lectura de nuestras miradas, ya que esto sucede por el verdadero contacto del alma. Eres muy hábil en tu rol de cómplice y no me cansaré de tus berrinches, y mucho menos de reconocer tus aciertos para corregir mis desatinos.
Septiembre me dio la oportunidad de recordarte cuanto te quiero y expresarte mi gratitud por tu incondicional amor. Toma mi abrazo y una rosa… Gracias hija. A todos los amigos, también felicidades.
