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Un patadón al tablero de la economía mundial (II)

Resumen

Los países más débiles equilibran el comercio mundial con aranceles, protegiendo sectores estratégicos según sus necesidades. Esta medida promueve la autodeterminación y un desarrollo autónomo, desafiando la seudoteoría del libre comercio que favorece al gran capital.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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by Carlos Tobar
Un patadón al tablero de la economía mundial (II)

Por: Carlos Tobar

Varias lecciones, particularmente importantes para países como el nuestro, se deben sacar de esta pataleta imperialista del gobierno de los EE. UU.

La primera, es que los países más débiles equilibran el tablero del comercio mundial con un instrumento completamente válido: los aranceles. Incluso las grandes potencias. La globalización tal como nos la impusieron las grandes potencias capitalistas lideradas por los Estados Unidos era selectiva, propugnaba el libre comercio de sus mercancías en su relación con los países más débiles donde tenían ventaja, al mismo tiempo que mantenían el proteccionismo en los sectores donde estaban en inferioridad o tenían un interés nacional genuino (v.gr. los subsidios en los EE. UU., la Unión Europea, o Japón a su producción agropecuaria).

Aranceles que se deben entender como una protección transitoria, porque en el largo plazo los países deben desarrollar su producción con lo más avanzado del conocimiento, la ciencia y las técnicas existentes.

Esa protección en sectores estratégicos del mercado interno es un acto de autodeterminación de cada país. De acuerdo a sus necesidades de desarrollo económico, cultural, ambiental y social. Un hecho que debe ser respetado y hacerse respetar en el concierto mundial de sociedades libres e independientes. Los intercambios deben ser necesariamente de beneficio recíproco.

La segunda lección es que la seudoteoría económica que nos impusieron a lo largo de estos 35 años largos de no al proteccionismo, todo al “libre comercio” era una falacia. Defendía los intereses de gran capital, especialmente el financiero, asentado en los países desarrollados. Imponía la libre circulación de mercancías y capitales, mientras restringía el libre tránsito de las personas (la migración).

Las movidas tarifarias del gobierno norteamericano ponen en entredicho la ventaja exorbitante de la libre circulación de capitales, además con base en el dólar como moneda universal. La pregunta evidente es: ¿proteccionismo a mercancías y servicios y libertad plena de circulación a los capitales?

La tercera lección es que países como el nuestro deben proponerse el desarrollo económico integral y autónomo, enfocado en la generación de capital y trabajo nacionales, protegiendo con celo y valor el mercado interno. Primero Colombia, después Colombia y siempre Colombia.

El tema es de gran complejidad. Pretender agotarlo en estas cuartillas es imposible. Pero estoy seguro que a lo largo de los años por venir, será el eje de la discusión por lograr la prosperidad del pueblo colombiano.

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por Carlos Tobar

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