Resumen
El reconocido canta-autor y acordeonista colombiano, Lisandro Meza Márquez, falleció a los 86 años. Conocido por su gran dominio de múltiples instrumentos y su contribución a la música tropical colombiana, trabajó activamente para proteger las tradiciones musicales de su tierra.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El genio del acordeón se marchó en plena Navidad
Este sábado tomó vuelo hacia la eternidad el alma del canta-autor sabanero Lisandro Meza Márquez, un ídolo del acordeón, que fue pilar de la música tropical colombiana.
El cantante y compositor murió a sus 86 años, después de permanecer internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) de la Clínica La Concepción, de Sincelejo. Era invitado de honor a todos los festivales de los municipios de la Costa Atlántica, donde tenía enorme reconocimiento.
Lisandro Meza Márquez era un genio de la música desde pequeño. Sin maestro y a escondidas de sus padres, se aprendió todo un repertorio. Por supuesto, las notas del acordeón se oían por la finca. “Empezaron a decir que Pedro Socarrás tenía pacto con el demonio, porque su acordeón tocaba solo”, relataba quien se erigió como uno de los grandes maestros de la música tropical colombiana.
Y tampoco se quedó solo con el acordeón, su talento dio para que dominara múltiples instrumentos. Piano, guitarra, bajo, tiple, cuatro, tumbadora, caja y gaita figuran en su lista de habilidades. Y también fue guarachaquero, y raspando este instrumento acompañó en sus correrías al maestro Alejo Durán, en la ciudad de Valledupar.
Lisandro Meza era un ídolo del acordeón y en 1969, conocedor de los numerosos ritmos folclóricos, decidió aventurarse a participar en el Festival Vallenato. Un año atrás, su antiguo maestro, Alejo Durán se había coronado como primer rey vallenato, él también quería esa hazaña.
En décadas recientes Meza, en unión con otros grandes de su tiempo, como Alfredo Gutiérrez y los fallecidos Calixto Ochoa y Adolfo Pacheco Anillo se unieron para proteger las tradiciones musicales de su tierra y tratar de enseñarles a las nuevas generaciones a distinguir sus raíces.