Resumen
El obispo nicaragüense Rolando Álvarez, condenado por criticar al presidente Ortega, fue expulsado del país junto con otros 15 clérigos. El Vaticano y Managua coordinaron su liberación discreta.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Este domingo, el obispo nicaragüense Rolando Álvarez, quien estuvo encarcelado durante un año, fue expulsado del país junto con otros 15 clérigos. Todos fueron recibidos por el Vaticano. Rolando Álvarez ha sido un crítico vehemente del presidente Daniel Ortega y fue condenado a 26 años de prisión en febrero del año pasado por criticar la represión de Ortega contra las protestas masivas en 2018.
El gobierno nicaragüense anunció que la salida de los religiosos de la cárcel y su destierro se logró mediante "coordinaciones discretas" entre el Vaticano y Managua. La relación entre el Vaticano y Managua se deterioró cuando Ortega acusó a sacerdotes de apoyar las protestas antigubernamentales de 2018, que él consideró un intento de golpe liderado por Washington.
Entre los liberados se encontraba también el obispo Isidoro Mora y 13 sacerdotes arrestados en diciembre. El líder opositor Uriel Vallejo afirmó que "A Ortega y a su esposa y vicepresidenta Rosario Murillo les gustaría dejar a Nicaragua sin sacerdotes".
Desde 2018, la iglesia Católica ha sido duramente perseguida en Nicaragua, con 740 ataques documentados y 176 sacerdotes y monjas expulsados, desterrados o prohibidos de ingresar al país, según una investigación de la abogada Martha Molina.
Rolando Álvarez ha sido uno de los líderes más críticos ante la situación en Nicaragua, abordando problemas de derechos humanos y participando en la mediación durante las protestas de 2018. Su detención y posterior condena a 26 años en febrero de 2023 generaron preocupación internacional, con llamados a su liberación por parte de Estados Unidos y el Vaticano.
La liberación y expulsión de Álvarez y otros sacerdotes se producen en medio de tensiones entre el gobierno de Ortega y la iglesia Católica en Nicaragua.
