Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Por: Oscar Jahir Hernández Rugeles
Escribir del representante santandereano Oscar Villamizar Meneses no es fácil. Alguna gente piensa que ha asumido una posición política individualista, revestida de intereses privados y construida bajo los postulados viejos de una estructura organizacional bien aceitada a través de la entrega de cargos burocráticos.
Para otros, no es más que un congresista que bajo la disciplina política de su padre se dedicó a construir un camino que lo ha mantenido vigente en el contexto regional.
Muchos lo quieren y otros no lo soportan, lo cual es normal en el desarrollo de las actividades políticas, pero en cualquiera de los dos espectros en los que un ciudadano se encuentre, tendrá que reconocerle dos cosas: la defensa coherente de sus posturas personales frente al gobierno presidencial y su compromiso por la defensa de los derechos de la fuerza pública en el país.
Esta última termina siendo uno de los principales postulados del partido al que pertenece el representante, tal cual lo es el Centro Democrático, el mismo que va camino a su consolidación después de las regionales gracias a los inmensos desaciertos del gobierno nacional en materia económica y social.
Esta será la plataforma sobre la cual aspiraría al Senado de la República el representante Villamizar si sus deseos de seguir avanzando apuntan al legislativo, teniendo la libertad de armar una lista a la Cámara con diferentes líderes regionales que cumplan a cabalidad la misma estrategia utilizada en las dos últimas elecciones a la Asamblea de Santander, un relojito que cada día marca con mayor exactitud los segundos con los que crece su grupo político en la región.
Al igual que todos, la gestión de recursos de forma directa para Santander no le ha sido fácil, pero su labor legislativa lo ha llevado a apoyar proyectos de ley que benefician a los campesinos y a las actividades en las que ellos se desenvuelven. De la misma forma, está en el camino de buscar la aprobación del proyecto de Ley “55 años de Cimitarra”, un pueblo que necesita de la ayuda nacional desde hace décadas,un envión que los ayudaría mucho para poder alivianar las cargas de violencia y abandono en el que están sumidos.
Su trabajo en la Cámara se complementa con los debates de control político que ha llevado a cabo y que representan el sentir de la mayoría de los santandereanos, especialmente en lo que concierne a Ecopetrol, que si bien es cierto es la empresa más importante de los colombianos, es el corazón más grande que late en nuestro Magdalena Medio.
Estar en los zapatos de Villamizar es complicado, pero le quedan dos años para demostrar en lo local que sí es digno merecedor de pasar a lo nacional en pro de defender los intereses de un país. Con quienes se junte para ese propósito ya será de su propia y entera responsabilidad. Próxima columna: Un sinónimo de lealtad llamado Erika Tatiana Sánchez Pint0
