En ECOPETROL afirman ‘que lo que NO cuesta, hagámoslo fiesta’

Los comunistas de este país esperaron muchos años para crear unas alianzas políticas de pequeños segmentos, que se convirtieron en el ‘Pacto Histórico’, fuerzas afines a su ideología, donde pudieron elegir (20) veinte senadores y unos quince (15) representantes a la cámara, algo así como la cuarta parte de la composición del Congreso de Colombia, pretendiendo arrasar con los partidos históricos, es decir, con todas las fuerzas electorales del partido Conservador, del partido Liberal, del Centro Democrático, del Partido Cambio Radical, del Partido Religioso MIRA y del Partido Social de Unidad Nacional (Partido de la U).

Con el ‘Pacto Histórico’ se identificaron el Partido de los Comunes, fundado por las antiguas guerrillas de las FARC; el Partido Verde de los desmovilizados del movimiento guerrillero Diecinueve de Abril (M-19), responsables del holocausto del Palacio de Justicia, donde mataron a dieciocho (18) magistrados de las altas cortes. Allá llegaron los nuevos amos del poder, con el presidente Gustavo Petro Urrego a la cabeza, que habiendo sido uno de los creadores del M-19, no quiere acordarse de su pasado, cuando fueron los partidos tradicionales los que les dieron la capsula de oxígeno para regresar desde las montañas de Colombia hacia la vida civil con todos los colombianos que quisieron suscribir los acuerdos de paz durante el gobierno del expresidente Juan Manuel Santos.

Caminando por los despeñaderos de la oposición, como decía el abogado santandereano Hernán Motta Motta, asilado en Suiza desde hace varios años, llegó el momento de crear una alianza sólida en la cual convergieron los comunistas de extracción marxista-leninista; los desmovilizados de las FARC con el ‘Comandante Timoleón Gómez, alias Timochenko a la cabeza; los amnistiados del Movimiento Diecinueve de –Abril (M-19) y los castristas confesos y remisos, que idolatran la figura y el pensamiento de Fidel Castro.

También llegaron al denominado ‘Pacto Histórico’ los líderes sindicales del magisterio oficial, arropados con las banderas de la Federación Colombiana de Educadores ‘Fecode’ y los líderes del sindicato petrolero de la Unión Sindical de Trabajadores de la Industria del Petróleo ‘USO, que ya tienen poderosas cuotas burocráticas en la Empresa Colombiana de Petróleos y los Resguardos Indígenas del Cauca, que conviven con las disidencias de las FARC y con los rezagos de la ‘Nueva Marquetalia’, grupo rebelde que por iniciativa de alias ‘Iván Márquez’,  retomó las armas para combatir al estado colombiano y exigir la legalización de la producción y tráfico de estupefacientes.

La nueva junta directiva de ECOPETROL está compuesta por líderes sindicales mamertos, que quieren enriquecerse con el producido de la contratación oficial, porque ellos se consideran los nuevos amos del poder en Colombia, como Edwin Palma Egea, líder petrolero de Barrancabermeja, que prefirió un escaño en la junta directiva de la empresa petrolera, mejor que una curul en el senado de la república, honores que le llegaron todos al tiempo, porque hacen parte del grupo de turiferarios que ganaron las elecciones presidenciales de hace dos años.

Para entender el fenómeno, hay que mirar el reparto de negocios de la industria petrolera estatal que se distribuyeron los nuevos directivos de la Empresa Colombiana de Petróleos ---ECOPETROL --, casi todos provenientes de las canteras filosóficas del comunismo internacional, donde están aliados los presidentes de Colombia, Gustavo Petro Urrego; de Venezuela, Nicolás Maduro Moros; Daniel Ortega, de Nicaragua y los hermanos Castro, de Cuba, que manejan como títere de sus intereses al presidente Miguel Díaz – Canel.  La nómina de directivos de Ecopetrol en todos los niveles, es impresionante y costosa, empresa estatal que ha sido tomada por personajes arribistas, que en el pasado protegían a la subversión y el terrorismo.