Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
La Federación Colombiana de Educadores - FECODE -, aliada incondicional del actual gobierno, está pagando los platos rotos de sus errores sindicales con el fracaso de los servicios de salud, que eran muy bien atendidos en las regiones y que fueron clausurados por las pretensiones de sus dirigentes, muy comprometidos con la crisis que afrontan sus afiliados por falta de asistencia médica y quirúrgica, a que tuvieron derecho cuando eran afiliados a las empresas prestadoras de servicios de salud.
Por la arrogancia y la vanidad de unos dirigentes sindicales que se creyeron dueños del país, cometieron monstruosa equivocación al desconocer la alta calidad de los servicios que les prestaba la Fundación Oftalmológica de Santander, una institución que los protegía de sus enfermedades, incluyendo a sus hijos y familiares, con ciertos privilegios que no han tenido otros representantes de la clase trabajadora.
Los costos de los servicios médicos y quirúrgicos de los educadores al servicio del departamento de Santander se canalizaron a través de una empresa satélite de la FOSCAL, denominada ‘Avanzar Médica’, donde fueron durante varios años los afiliados mejor atendidos en el país. Los enfermos de cáncer, -- que salvaron sus vidas y que volvieron a la cátedra del magisterio oficial --, deberían estar agradecidos porque los tratamientos fueron eficaces y oportunos, a pesar de las inmensas deudas que el Ministerio de Salud acumulaba mes por mes, como ha sido costumbre en el gobierno del Presidente Gustavo Petro.
Habían soñado estos dirigentes sindicales de FECODE que, con el aporte de quinientos millones de pesos de las cuotas de sus afiliados a la campaña presidencial, podían obtener otros privilegios especiales que no tienen otros servidores públicos, más allá de nombrarles una ministra del trabajo del seno de su organización, dejando al descubierto las ambiciones personales de sus directivos. De los fondos sindicales del magisterio oficial salen muchos recursos económicos que se dilapidan en una falsa publicidad oficial, donde cuentan sus mentiras a favor (¿?) de sus afiliados.
Después de clausurar los servicios de medicina prepagada en instituciones como la FOSCAL en Santander, fueron a proponerle al ministro de Salud, Guillermo Alfonso Jaramillo, que les otorgará otros beneficios y privilegios para los familiares de los educadores, pretendiendo que les autorizarán servicios de belleza, suministro de salas de gimnasia recreativa, cirugía facial y hasta manicure, como no las tienen en los hospitales públicos del país.
Ahora han salido a refunfuñar porque los privilegios que soñaban los educadores con los servicios de salud, no son los que les prometió el gobierno nacional del presidente Petro, sino la fórmula genérica de sus tratamientos, bajo los estándares de una medicina social, que no entrega privilegios para la salud sino servicios asistenciales para el común de los seres mortales. Ahora critican a la Ministra de Salud y anuncian un paro nacional, porque los quinientos millones de pesos que el sindicato de FECODE aportara a la campaña presidencial del actual mandatario, se esfumaron en medio de celebraciones y francachelas, que son comunes en esa organización sindical.
