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Denuncia de un ciclista que sufrió un accidente

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Resumen

Un ciclista, tras sortear una gripa, fue atropellado en un descenso por una conductora que se fugó. Ahora, con la pelvis fracturada, se encuentra hospitalizado y cuestionándose sobre su futuro deportivo y la irresponsabilidad de algunos conductores.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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Lo que nos gusta y escogimos como deporte en nuestra vida. Cómo nos cambia la vida en un minuto. El pasado domingo 23 de junio, como es habitual en mí, salí de mi apartamento en mi bicicleta las 5:30 a.m., con el propósito de subir por la vía a Pamplona hasta el kilómetro 30 para enseguida devolverme previo desayuno en la carretera.

Era una mañana fresca algo neblinosa. Llegué sin contratiempo a mi destino, contento con mi rendimiento físico, ya que acababa de sortear una dura gripa y, a pesar de ello, me sentí muy fuerte.

Antes de comenzar el descenso me hidrato bien, me puse mi chaqueta cortavientos de color verde chillón (ya que estaba lloviznando levemente), me tomé una ‘selfie’, me cercioré de que la luz roja intermitente trasera de mi bicicleta estuviera funcionando. Comencé a descender a baja velocidad y por mi derecha, es decir, tomando todas las medidas de precaución.

Cuando circulaba en el descenso a la altura del kilómetro 20 sentí un impacto en mi rueda trasera y caí al piso propinándome un fuerte golpe, especialmente en la parte de la cadera derecha.

Un carro de color café paró detrás mío y de él descendió una señora que se expresó de la siguiente manera: "Cómo lo lamento señor, frené el carro y se me deslizó". En ese preciso instante aparecieron dos ciclistas, que también bajaban, y al verme tirado junto a mi cicla en mitad de la carretera y en situación de peligro, hicieron una rápida maniobra para trasladarme a la berma de la de la vía. Dos auténticos ángeles, ya que yo no podía levantarme por mis propios medios.

Esta maniobra de rescate la aprovechó la dama del vehículo para esfumarse silenciosamente del escenario del accidente. (No sobra decir que por las características de la emergencia no se pudo tomar nota de las placas del vehículo, como tampoco los datos de la dicha señora).

Ahora, por obra y gracia de una conductora imprudente e indolente, me encuentro postrado en la cama de una clínica desde hace varios días esperando la cirugía que permitirá "remendar" mi pelvis fracturada.

La desazón y la angustia me embargan por no saber cuál será el desenlace de este asunto: ¿Terminará aquí mi larga vida de deportista y, especialmente, de montañista? ¿Tendré que resignarme a asumir, antes de lo que yo tenía presupuestado, mi rol de abuelo apacible, tranquilo y resignado?

¿La señora que me atropelló habrá podido dormir tranquila estas noches? ¿Estará leyendo estas líneas?) ¿Cuándo tomarán conciencia algunos conductores de la obligación que tienen de respetar la integridad física y la vida de los otros actores viales, entre ellos, los ciclistas?

*Datos de David Tapias y Lo que pasa en Bucaramanga

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