Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Por: José Caicedo Solano*
Una economía dirigida por un gobierno es un desastre. Una economía llevada sin la coordinación del gobierno, se convierte en un capitalismo salvaje, antisocial, y no productivo. Los gobiernos no tienen la capacidad de dirigir una economía, porque no poseen los suficientes conocimientos sobre estos temas de producción y mercadeo y menos le interesa el factor de la satisfacción de un rendimiento, que son las utilidades que también llenan el espíritu del hombre cual oración a seres superiores.
Pero la peor, entre tantas variables negativas que tiene una economía de estado, es el condicionamiento diabólico que tiene el ser humano en ver las arcas del estado, como la lotería de lucifer, presta para llenar sus bolsillos particulares, sin sentido de pertenencia social y patriótica. No existe dolientes, como sí, cuidar lo que es mío, en la propiedad privada.
La economía llevada sin control, sin coordinación, se convertiría en una batalla campal sin Dios y sin ley, en donde la clase trabajadora, sería el “Juan Pagas”, del comportamiento empresarial, explotándola y humillándola porque no tiene a quien rendirle cuentas. Además, la tributación justa y con sentido social, se perdería y la nación no sería más que un conglomerado de “señores feudales de la industria, el comercio y los servicios”.
Entonces, la economía, ni va por la autopista privada, ni va por la vía terciaria sin pavimentar del estado. Por eso, existe en el estado, los ministros, que son los voceros de la clase empresarial y al mismo tiempo los encargados que las operaciones privadas lleven un orden de riqueza y empleo tanto para la consolidación del estado como para el desarrollo de sus “súbditos”. Así mismo, los órganos de control, que son las superintendencias, fijan el modo del comportamiento ético de los valores monetarios que circulan en todos los frentes, así como también, el factor del buen ejecutivo moralmente concebido.
Un alto ejecutivo del estado, empezando por el presidente de la república, no puede soltar palabras de la “hora loca de la fiesta”, porque produce pánico, y se vuelve una incertidumbre, los planes y programas bien analizados, presupuestados que tienen los emprendedores, que se idean, dentro de un marco establecido.
Así, por ejemplo, que el gobierno, a la fuerza, va tomar el ahorro del público, es decir el privado, confundiéndolo con ahorro público que significa estado, para que unos ineptos hagan “guachafitas sociales, como con los dineros del presupuesto para la seguridad en los desastres, son cosas aberrantes, propias de un ser ido, según dicen por estar clavado en las drogas y el alcohol. El mismo, “señor presidente”, sabe que no es factible.
Lo que si se debe hacer es, la concertación entre la banca, la empresa de la industria, el comercio y el turismo, para que se lleven los buenos puntos de llegar al cenit en donde todos ganen sin el egoísmo y la envidia por la riqueza, que es la fuente principal del desarrollo. Que cuando el presidente hable, sea para subir el ánimo y no para caer en la psicológica depresión, en donde muchas almas querran salir del cielo para morar en el universal sinsentido del dolor.
*Contador público. Asesor empresarial.