Resumen
Don Benjamín García Beltrán, nacido en 1921 durante un periodo histórico global importante, ha sido un líder familiar dedicado en Colombia durante más de un siglo. Su vida abarcó desde el servicio militar hasta la carrera policial y la alcaldía, manteniendo su fe y disciplina intactas.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Un líder de familia entre Boyacá y Santander. El tiempo como testigo de su historia, entre las arraigadas costumbres boyacenses y la deliciosa piña de Lebrija, se tejieron los lazos de una historia de amor, familia y unidad.
En la segunda década del siglo pasado, el mundo se movía en diversas direcciones que marcarían la historia. En 1921, Suecia aprobó el sufragio femenino, un paso significativo hacia la igualdad de género. Mientras tanto, en Asia, el 1 de julio se fundó el Partido Comunista de China en Shanghái, un evento con repercusiones globales.
En ese mismo año, muchos países lidiaban con hiperinflación y dificultades económicas debido a las secuelas de la Primera Guerra Mundial y las reparaciones del Tratado de Versalles. Pero también fue un año de avances, con la rápida expansión de la aviación comercial y militar, marcando récords de vuelo.
En Colombia, bajo el gobierno de Marco Fidel Suárez del partido conservador, se enfrentaban desafíos económicos y políticos. Se priorizó la construcción de carreteras y ferrocarriles para impulsar el desarrollo y la modernización. Se creó el Banco de la República, con la capacidad de emitir la moneda nacional.
Un camino de vida
Recorrer los senderos de la historia del siglo pasado marca el inicio de una vida que ha florecido durante 103 años. Estoy hablando de Don Benjamín García Beltrán, nacido en una tierra donde el aroma fresco del campo y la brisa fría penetran hasta el alma. Guacamayas, su pueblo natal, es testigo de la historia, donde cada amanecer revela la majestuosidad del Nevado del Cocuy, con su blanca corona, rodeado por frailejones que purifican el aire y los pensamientos.
En esta tierra sagrada, Doña Waldina Beltrán y Don Ramón García, llevaron a un bebé de tres días de nacido, el 21 de abril de 1921, a la parroquia, sellando así el legado de fe cristiana que ha perdurado en Don Benjamín a lo largo de su vida, como un fiel creyente y seguidor de Dios.
El amor por la tierra y las labores del campo también moldearon su infancia. Recorrer los campos, arar para el sembrado; ¡toda una tradición agrícola-ganadera! Este legado marcó el camino de Benjamín, guiando su destino hasta el día de hoy.
El tiempo, como testigo innegable de la historia, lo llevó a forjar su camino. Tras prestar servicio militar, decidió enfilar los cuadrantes de la Policía Nacional. Su carrera policial, ya como Cabo Segundo, lo llevó a conocer diversas partes del país, enfrentando situaciones difíciles que marcaron su existencia. Sin embargo, su trayectoria también lo llevó a convertirse en el Alcalde encargado del municipio de Villa de Leyva, destacándose como administrador y gestor de obras.
Durante su tiempo como policía, enfrentó la violencia bipartidista que se gestaba en Colombia y a la cual no fue ajeno. Situaciones diversas lo llevan a tomar un nuevo rumbo en su vida. Con la ayuda de su hermana Vitelmina, encontró un nuevo camino en tierras santandereanas, donde la semilla del amor floreció. Entre las arraigadas costumbres boyacenses y la deliciosa piña de Lebrija, se tejieron los lazos de una historia de amor y unidad.
De este vínculo surgió la familia García Gómez, (ocho hijos) producto de la fusión de dos culturas y el sueño compartido de un porvenir en común. Su espíritu inquieto siempre anhelaba concretar sueños y aspiraciones, nutriéndose de su pasión por la lectura y el aprendizaje constante
Disciplina intacta y fé en Dios
Con el paso del tiempo, en este siglo XXI, las piernas se debilitan y el paso se vuelve lento. Su mirada se aviva al escuchar las voces de sus seres queridos. En la viudez, su memoria se agudiza relatando sus historias. Su mente sigue lúcida, su disciplina intacta y su fé en Dios, como un roble en donde las oraciones no cesan cada día por cada miembro de su familia. Hacer sus oraciones, escuchar la Divina Misericordia y la Santa Misa, aunque su oído pueda fallar, su corazón las siente más vivas que nunca, igual que cuando llegó al mundo en 1921.
Don Benjamín García Beltrán, una verdadera fuerza de amor que mantiene un legado imborrable en sus hijos, nietos, y en todos aquellos que le conocen. A sus 103 años de vida, sigue siendo el líder de familia que siempre fue, es y será para nosotros.