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Petro, el muñeco del camión

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Resumen

El artículo opina críticamente sobre las políticas del presidente Gustavo Petro Urrego, relacionándolo con situaciones problemáticas como los paros de transporte y subidas en los precios de combustibles. Se cuestiona su liderazgo y se alega que ha fracasado en cumplir promesas clave.

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Por: Álvaro Ayala Tamayo

El presidente Gustavo Petro Urrego, conduciendo por la izquierda nos lleva al abismo. Por la derecha no sabe y por el centro no hay cupo. Le aconsejaron que instalara el navegador Waze y respondió que no sabía nadar.

Se subió el jefe de Estado al camión que no era y le impusieron un comparendo. Está desactualizado, no conoce las normas, le espetó el agente al pasarle la libreta para firmar la notificación que no podía evadir por pillarlo en flagrancia. Está en contravía y no puede manejar con el teléfono en la mano enviando trinos X, le explicó la autoridad. Carece de inteligencia criolla.

Para conseguir la rebaja del 50 por ciento fue al tránsito a hacer el curso y cuando le practicaron la prueba del espejo retrovisor, asombrado se quedó al ver que los anteriores paros de transportadores él los había manejado.

Viva el paro camionero…No al alza de la gasolina ni el Diesel. Fuera Duque, fuera Santos, fuera Uribe, decía cuando era camarada y solidario. Hoy los camioneros, según él, son parte de la oligarquía corrupta que le quiere propinar un golpe de Estado.

Con el ACPM no se juega, le advirtieron al verlo bajar por una pendiente resbaladiza y con las llantas desbalanceadas y lisas. No hizo caso y se fue a la cuneta. No tenía seguro de daños a terceros y el SOAT, estaba vencido. Es decir, carecía del documento. Grúa, patios y a responder las peticiones que en campaña prometió al gremio camionero.

Ahora sale con el cuento que necesita un empujón de la clase obrera, tildando al grupo automotor como contraparte que atenta contra los intereses de la comunidad. Desconoce que los conductores que están en paro y durmiendo debajo de los vehículos también son proletariado.

Su narrativa hace rato la metieron al depósito de la chatarrización. Ese tal paro si existe. Son los que verdaderamente mueven al país. Si hubiera cumplido su promesa de construir el metro elevado entre Buenaventura y Barranquilla, les podría hacer pistola con los dedos de los pies a los camioneros. Las mercancías y alimentos fluirían por su nueva vía sin importarle lo que suceda en las carreteras.

Ahora bombea para probar frenos y las chupas las tiene rotas. Seguimos rumbo al abismo y su ayudante Gustavo Bolívar, gomelo de Miami, solo entiende de coches eléctricos. Como es verde no se unta las manos con grasa, lubricantes ni combustibles fósiles. El economista Petro se metió con la carga pesada y se le puede descuadrar la carrocería. Ya recorrió un poco más de la mitad del trayecto y su tractomula está pasando aceite. La mermelada es un buen remolcador, pero adelanta y se frena. Así no le rinde a nadie, solo a quienes la reciben. Los congresistas son muy aviones y solo se movilizan en avión.

No se le puede decir al presidente Petro, que leyó el manual del conductor porque apenas sabe tuitear en X. Se busca un tecnoeditor para redactar las memorias de los dos primeros años en la Caja de Nariño. También un contador pues allá hubo mucho para consignar.

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