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Marrullería en manejo de aportes para programas del adulto mayor

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Resumen

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Una delegación de funcionarios de la gobernación de Santander indagaba esos días por los presuntos malos manejos en los asilos de ancianos de varias poblaciones del departamento, especialmente en la ciudad de El Socorro, donde se habrían tramitado cuentas falsas para justificar los costos de funcionamiento de un centro asistencial.

Gran parte de los dineros que el gobierno de Santander les entrega a los ‘Centros del Adulto Mayor’ han sido utilizados por directivos de estos establecimientos para negocios particulares, anota Esperanza Niño Martínez, refiriéndose al manejo de dineros oficiales para el sostenimiento de los ancianatos. La auditoría general de la Contraloría de Santander adelanta varias investigaciones relacionadas con este delicado asunto.

Despiertan suspicacias ciertos procedimientos contables que se han filtrado en los asilos para adultos mayores, entidades sin ánimo de lucro, con unas juntas directivas pusilánimes, donde las personas encargadas de recaudar donaciones provenientes de la caridad pública se alzan con el santo y la limosna.

Ni siquiera entre las comunidades religiosas hay suficiente confianza sobre el manejo de estos establecimientos, donde se hacen campañas de solidaridad, alrededor de bazares, rifas y espectáculos, donde operadores privados alteran los libros de contabilidad, para sustraerse los dineros provenientes de donaciones en dinero y en especie.

En medio de la tremenda corrupción que azota al país, se pierden los recursos públicos que llegan a manos de personas inescrupulosas, mediante documentos falsos, violando los parámetros de la ética y de la honradez.

Las comunidades religiosas que practican la caridad cristiana han tenido que oponerse a las travesuras de personas audaces que practican la filosofía de que ‘a la sombra del enfermo come el alentado’ y se pierde el encanto y la solidaridad de los lugares donde se desarrollan los programas del adulto mayor.

Gratitud para las comunidades religiosas, especialmente para las Hermanas de la Caridad y para las Hermanas de los Pobres, que cumplen con el sagrado deber de proteger a los ancianos.

Personas mayores que, en el ocaso de su meritoria existencia, tienen que buscar lugares de refugio para su existencia, para su alimentación, para su salud y para vivienda digna, porque muchos de ellos son abandonados por sus propias familias.

Modelo de esas organizaciones es el Asilo de Ancianos de San Rafael en la ciudad de Bucaramanga, donde existe toda una organización administrativa que cuenta con el apoyo del sector privado. El programa social para adoptar a los ancianos y brindarles protección hasta la muerte, es ejercido por una cofradía de empresarios que hacen el bien y protegen a las personas de la tercera edad.

La gobernación de Santander, en cabeza del mayor General (MGR) Juvenal Díaz Mateus, está cumpliendo la misión de proteger a los ancianatos que funcionan en casi todos los municipios y corregimientos del departamento, con la ayuda de los sacerdotes y religiosas que realizan este apostolado.

Esperamos que en la ciudad del Socorro, donde se han presentado algunas fallas administrativas, en los Hogares del Adulto Mayor, haya cambios de la representación legal de estas instituciones, como las está reclamando la ciudadanía.

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