Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Inescrupulosos están a la espera de ayudas humanitarias para sacar provecho
Desde la Alcaldía se coordina la labor del punto de acopio de donaciones, situado en el primer piso del Palacio municipal y se establece la veracidad de condición de desplazados a quienes se destinarán las ayudas.
El imaginario colectivo define a los colombianos como personas que ‘no se dejan morir’ a pesar de las adversidades que encuentran en el camino, pero ese ser batalladores, ingeniosos y combativos, se opaca cuando los vivarachos hacen de las suyas y empiezan a ‘pescar en río revuelto’.
La crisis humanitaria desatada por el recrudecimiento del conflicto armado en los diez municipios que conforman la llamada región del Catatumbo, en el departamento de Norte de Santander, ha generado una ola de solidaridad en Bucaramanga.
Y es allí donde aparecen los avivatos a hacer de las suyas e indolentes con la cruenta guerra que destroza vidas y hogares, se aprovechan para lograr ayudas del Gobierno y la ciudadanía, sin ser damnificados.
La noble iniciativa de ayudar a las víctimas de la guerra en ‘La Ciudad de los Parques’, se ha visto empañada por la acción de personas inescrupulosas que se hacen pasar por desplazados para aprovecharse de las ayudas humanitarias.
Una grave denuncia
Ante el creciente flujo de familias que huyen de la violencia en el Catatumbo, la Alcaldía de Bucaramanga habilitó un centro de acopio en el primer piso de sus instalaciones para que los ciudadanos de buen corazón donen elementos de ayuda.
Allí pueden llevar granos, kits de aseo, enlatados, ropa, agua, fórmulas para bebés, teteros y toda clase de alimentos no perecederos y otros elementos de primera necesidad, los cuales son organizados para su posterior distribución entre las familias afectadas.
No obstante, según lo denunciado por el secretario del Interior de Bucaramanga, Coronel (r) Gildardo Rayo Rincón, se han detectado casos de personas que, aprovechándose de la situación, intentan hacerse pasar por desplazados para obtener estas ayudas.
"Es lamentable que haya quienes se aprovechen de esta crisis para obtener beneficios personales. Hemos recibido reportes de familias enteras que están a la espera del inicio de la distribución de ayudas para mezclarse entre los verdaderos desplazados", afirmó el funcionario.
Rechazo total a estas intenciones
Las autoridades locales han expresado su rechazo vehemente ante estas acciones y han hecho un llamado a la ciudadanía para que sea cautelosa al momento de entregar sus donaciones.
"Entendemos la solidaridad de los bumangueses, pero es importante que verifiquemos la identidad de las personas que solicitan ayuda para evitar que los recursos sean desviados a quienes no los necesitan", señaló el Secretario del Interior Gildardo Rayo.
Para garantizar una distribución equitativa y transparente de las ayudas, la Alcaldía de Bucaramanga trabaja en implementar mecanismos de verificación que permitan identificar a los verdaderos desplazados.
Además, se coordinan acciones con las autoridades de Norte de Santander para cruzar información y evitar que esas personas inescrupulosas se aprovechen de la situación.
En los próximos días, se habilitarán más puntos de acopio en los municipios del área metropolitana de Bucaramanga, con el objetivo de ampliar la cobertura y facilitar la donación de los ciudadanos.
Las ayudas recolectadas serán distribuidas entre las personas que sean atendidas en la capital santandereana y el resto se enviará a Cúcuta, donde se encuentran la mayoría de las familias desplazadas por la crisis de guerra en el Catatumbo.
Una guerra enquistada y sin salida
El Catatumbo, una región colombiana rica en recursos naturales pero históricamente marginada, ha sido por décadas un epicentro del conflicto armado. Su ubicación fronteriza con Venezuela y su biodiversidad lo han convertido en un territorio codiciado por diversos grupos armados ilegales, desde guerrillas como el ELN y las FARC hasta paramilitares.
La violencia en el Catatumbo se remonta a mediados del siglo XX y se ha intensificado por factores como la explotación petrolera, el narcotráfico y la disputa territorial entre grupos armados.
La presencia estatal ha sido históricamente débil, lo que ha permitido a estos grupos controlar extensas zonas y perpetrar graves violaciones a los derechos humanos.
Los enfrentamientos actuales entre el ELN y las disidencias de las FARC han generado una nueva ola de desplazamiento y violencia. Hasta la fecha dejan más de 100 muertos, innumerables desaparecidos y por lo menos unas 20.000 personas desplazadas.
Esta región es un territorio en disputa, donde los cultivos de coca y el control de las rutas del narcotráfico son el principal combustible del conflicto, el cual está tan enquistado, que pese a los esfuerzos nacionales e internacionales, está demasiado lejos de resolverse.
