Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)No piense que estoy loco. No estoy hablando de esos pequeños insectos que, por su tamaño y movimiento silencioso por las superficies, muchas veces pasan desapercibidos para nosotros.
En nuestra vida diaria los gastos hormiga son aquellas erogaciones que hacemos de manera inconsciente y que representan un costo para la economía personal, ya que son aquellas compras no planificadas que obedecen a gustos e impulsos que al final se convierten para aquel que tiene limitaciones económicas, en un constante desequilibrio que afecta no solo su economía personal sino tambien su salud.
Debo reconocer que en mi conteo personal registro varias hormigas, y aunque he intentado deshacerme de todas, no ha sido tan fácil como quisiera. Hay varias que me resultan muy cómodas y tentadoras, y a veces encuentro algunas que desconocía y con las que me he encariñado, pese a que soy consciente que eso no me ayuda.
Y Usted, ¿cuántas hormigas tiene? Su colección ¿es escasa o abundante? Reitero los llamados “gastos hormiga”, son aquellas compras recurrentes, de aparente menor valor, que incorporamos en nuestra rutina de vida, que no son esenciales y que, en cambio, sí afectan nuestro bolsillo.
Se les llama así porque, aparentemente, son pequeños y nuestra economía los resiste. Individualmente nuestro bolsillo no parece resentirse, pero su repetición en el tiempo termina significando una importante suma de dinero, que, tras varias semanas o meses, podría equivaler a un monto importante que mejor hubiéramos aprovechado para ahorrar, comprar algo más valioso o invertir…
Por ejemplo, comprar a crédito en el mayor número de cuotas posibles un plan celular con mucha más capacidad de la realmente utilizada, suscribirse a todo tipo de plataformas digitales para ver series o películas muy de vez en cuando, ir diariamente a la peluquería para satisfacer la vanidad cambiante, comprar ropa o joyas innecesarias en fin cada uno tendrá su lista de gastos hormiga específicos y seguramente encontrará algunos que no imaginaba que impactaran tanto.
Quienes tienen un presupuesto muy limitado para atender sus necesidades básicas, con los gastos hormigas se igualan o superan sus ingresos, y no sólo dejan de ahorrar, sino que corren el riesgo de sufrir necesidades, descapitalizarse y visualizar una posible quiebra.
Pero incluso, para quienes tienen más capacidad económica, los gastos hormiga les hace derrochadores y poco prudentes con su dinero. Por ejemplo, pedir recurrentemente comida a domicilio, retirar en cajeros electrónicos que cobran comisión, suscribirse a múltiples revistas, ir a cuanto concierto se presente, pagar gimnasios y clubes a los que poco o nada se asiste, y hasta realizar comprar impulsivas de muy diversos objetos de los que finalmente poco o nulo provecho se saca. Piénselo.
Es posible que, en su armario, cocina, taller, oficina… usted tenga una exagerada colección de zapatos, o corbatas, o aretes, o camisetas, o perfumes, o juegos, o cristalería, o joyas… ¡Cuánta plata allí invertida y mínimamente aprovechada!
Hagamos cuentas ¿Cuánto dinero se puede ahorrar si consume café casero en vez de comprarlo todos los días en la calle; si intenta viajar en bus, o a pie, en vez de tomar siempre taxi; si replantea y renegocia sus suscripciones a diversos medios impresos y digitales; si no desperdicia dinero en planes de telefonía celular que no usa al máximo, y, por qué no, se fija como meta reducir el consumo de licor, ¿de dulces o de cigarrillos?, ¿entre otros?
No se trata de eliminar completamente estos gastos, pues hay momentos personales y sociales en los que resultan placenteros. Pero hay que analizarlo: en vez de gastar recurrentemente sin necesidad y prudencia, apueste por ahorrar y, por qué no, disfrutar otros logros (como viajar o dar un buen regalo) como resultado de los ahorros obtenidos de los gastos hormiga no hechos.
Recuerde que las grandes distancias se recorren paso a paso. Identificar nuestros gastos hormiga, reflexionar sobre la real necesidad de ellos, aprender a reemplazarlos y ahorrar los dineros no gastados, no sólo ayudarán a formar una autodisciplina, sino también a mejorar nuestra economía. Es una responsabilidad de todos, independientemente de nuestra condición social o económica. *Rector UNAD