¡Pozdraveleniya!

Por: Carlos Manuel Araque. Gigante como la mismísima Rusia es la sorpresa del nuevo alcalde de Tunja, el profe Mikhail Krasnov, el ‘Ruso’, que contra todo pronóstico y ante la incredulidad de muchos venció en las elecciones del 29 de octubre de 2023.

Sorpresa sí fue, pero imposible no era, porque la candidatura del ‘profe Mikhail’ tenía más fortalezas que debilidades en comparación con otros candidatos. El ‘ruso’ tenía preparación académica, un discurso coherente, consecuente y puntual que supo trasmitir con facilidad, carisma, ese carisma ‘ipso facto’ y admiración que obtienen los extranjeros cuando llegan a esta tierra, buenos argumentos en los debates y buen discurso en las entrevistas, apoyo de bases populares y universitarias, cosechado durante años en barrios, veredas, tiendas y cafés de la ciudad, conociendo gente, hablando con la ‘veci’ de la tienda, con los alumnos de la ‘U’, con el tunjano de a pie, y, sobre todo, tenía a cuestas una mochila que no ‘compró’, pero que le quedó bien: la de no ser un politiquero de partido tradicional, de un color básico como el azul, el rojo o el verde, la de no ser uno de ‘los siempre’, y eso fue sin duda su mejor carta de presentación.

Debilidades también tuvo: la falta de experiencia en la administración pública y una lista de candidatos al Concejo, de un equipo robusto para suplir cargos, secretarías y direcciones a la hora de gobernar y el rechazo de un sector de la ciudad demasiado conservador para aceptar que su alcalde no haya nacido en Tunja, ni siquiera en Boyacá, ni siquiera en Colombia, como si eso fuera impedimento para administrar bien.

De hecho, gracias a esta característica, el nuevo alcalde de Tunja ya comenzó con pie derecho a cumplir su principal promesa de campaña: ‘conectemos a Tunja con el mundo’, porque la noticia de su elección es tan rocambolesca, tan macondiana, que será cubierta y difundida por medios y periodistas de otros países e idiomas. La noticia le dará la vuelta al mundo.

Pero, además, la elección del ‘profe Mikhail’ también es una noticia histórica local, porque después de tantos alcaldes de tradición partidista, elevados a punta de maquinaria electoreras y con hojas de vida forjadas en puestos burocráticos, Tunja tendrá un alcalde que nada tiene que ver con eso, que no repartió ‘manzanilla’, ni viene familias poderosas, de casta política ni de tradición colonial.

La elección de Krasnov es todo lo contrario, es el rechazo a lo visto hasta ahora, es el castigo a la saliente Administración, que en cuerpo ajeno trató de continuarse sin lograr convencer a los votantes; y es también el rechazo al aspirante verde, color que se volvió tradicional en Boyacá recientemente, y que a pesar de todo el ‘andamiaje’ y la publicidad no pudo batallarle al ‘ruso’, que le sacó casi 8.000 votos de diferencia.

Krasnov ya es el alcalde electo. La tarea que tiene ahora es armar un buen equipo de Gobierno, rodearse de gente con experiencia y que quiera a la ciudad por encima de sus intereses personales, y que lo dejen gobernar. El reto es grande, mejor dicho, gigante, ojalá aquí también pueda dar una gran sorpresa. Así que ¡Pozdraveleniya! y ¡Bsevó dóvrovo!