Resumen
La violencia intrafamiliar y los feminicidios en Santander están en aumento, la laxitud en las condenas y la falta de protección a las víctimas exigen una respuesta contundente de las instituciones gubernamentales y los medios de comunicación para abordar efectivamente el problema.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El escalofriante aumento de los feminicidios en Santander obliga a los Gobiernos departamental y municipales a encender las alarmas y a exigir acciones contundentes en los casos donde las mujeres denuncian que están en peligro y no se les presta la debida atención.
Las cifras presentadas hasta el momento, en 2024, son un reflejo crudo de una realidad que persiste en nuestra comunidad, la violencia intrafamiliar sigue en crecimiento y se ha convertido en un flagelo que cobra vidas y deja profundas heridas.
Según los reportes, van veinticinco casos, en los cuales once mujeres perdieron la vida, son una estadística que no puede ser ignorada. Detrás de cada número hay un rostro, una historia de dolor y de sueños truncados. Estas mujeres, madres, hijas, amigas, fueron víctimas de un sistema que falla al no protegerlas de manera efectiva.
Es fundamental reconocer que la violencia intrafamiliar no es un asunto privado, sino un problema social que requiere una respuesta integral y multidisciplinaria, por parte del Gobierno seccional.
Las raíces de este fenómeno son profundas y complejas, y se encuentran arraigadas en patrones culturales, desigualdades de género y una falta de educación en valores de respeto y equidad.
Es hora de romper el silencio y visibilizar esta problemática. La sociedad en su conjunto debe asumir un compromiso activo en la lucha contra la violencia de género.
Los medios de comunicación tenemos un papel crucial en esta tarea, con denuncia de los casos, con informaciones sobre los recursos disponibles y la promoción de una cultura de no violencia.
Las instituciones gubernamentales también deben redoblar sus esfuerzos. Es necesario fortalecer los mecanismos de protección para las mujeres víctimas de violencia, garantizar la atención integral y brindarles las herramientas necesarias para reconstruir sus vidas.
Las penas para los feminicidas también deben ser drásticas, porque la laxitud en las condenas, hace que no se le ponga tanta atención a cada suceso donde la mujer pierde la vida de forma violenta.
Llama la atención una decisión surrealista emanada de la justicia en Bucaramanga, donde condenaron a casa por cárcel a un hombre por violencia intrafamiliar y lo recluyeron en la residencia de la misma víctima, la cual se salvó de morir luego de ser atacada a puñal, este miércoles
Es aquí en donde se deben implementar condenas drásticas para escarmiento de los victimarios, pareciera una burla de la justicia para con la víctima, le dejan el peligro al lado, como si en lugar de castigar con saña al agresor, lo premiaran por sus actos.
La tragedia de los feminicidios en Santander no puede ser ignorada ni minimizada. Es una cuestión de derechos humanos y justicia que exige una respuesta coordinada y decidida. Cada caso es una vida que podría haberse salvado con una intervención adecuada y oportuna.