Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Por: Jaime Galvis
La violencia en Colombia se tornó una tradición. ¿Cuantas décadas de sangre ha sufrido este país? Desde que se independizó, en lo que fue el Virreinato de la Nueva Granada, se desencadenó una serie de mini-guerras civiles que parecían contiendas tribales. Solamente al fin del Siglo XIX se presentó un conflicto de dimensiones considerables, la Guerra de los Mil Días.
Posteriormente hubo algunas décadas de relativa tranquilidad, durante las cuales Colombia emprendió un lento progreso material. En medio del letargo de esa patria boba, hubo un episodio que cambió la vida del País, el asesinato de Jorge Eliecer Gaitán un líder popular, lo cual desencadenó el motín más sangriento que ha ocurrido en Colombia.
El 9 de abril de1948 se inició una comedia trágica que ha ensangrentado al país durante más de setenta años. Se formaron grupos guerrilleros para combatir al Gobierno y este a su vez reaccionó creando fuerzas especiales. Ambos bandos blandían ideologías trasnochadas, finalmente vino un golpe de estado por parte del Ejército Nacional el 13 de junio de 1953, esto detuvo las acciones armadas y se presentaron las primeras conversaciones de paz, hasta ahora, las únicas que tuvieron algún resultado tangible.
Esto produjo una tregua de algunos años, hasta que los partidos políticos presionaron el fin del régimen militar. Al caer éste, los líderes de los dos partidos mayoritarios crearon un engendro político muy sui generis, el Frente Nacional.
Este compadrazgo político, duró 16 años, durante los cuales las élites de los dos partidos mayoritarios ejercieron alternativamente la Presidencia de la República y ocuparon paritariamente las sinecuras burocráticas. La violencia tomó fuerza, bandas de forajidos se tomaron la Cordillera Central, ejerciendo una sevicia increíble, El Gobierno del primer cuatrienio del Frene Nacional, decretó dos amnistías que fracasaron.
El crimen en las zonas productoras de esmeraldas llegó extremos de sadismo en medio de la tolerancia del Gobierno.
Gradualmente, las bandas de forajidos adoptaron ideologías marxistas que posiblemente nunca entendieron, la barbarie en los campos creció. Ante esto, unos gobiernos pusilánimes entablaron negociaciones con esas organizaciones criminales, en pie de igualdad como si se tratara de países rivales. Tanta obsecuencia de parte del Estado, condujo a las “guerrillas” a adoptar actitudes insolentes con los jefes de estado y la violencia continuaba imparable. Paulatinamente las bandas armadas empezaron a participar en el narcotráfico y a establecer vínculos con los carteles de la mafia.
En medio de una complacencia oficial torpe ocurrió un deplorable episodio, una banda de facinerosos, con ínfulas de movimiento político se tomó el Palacio de Justicia, asesinando la mayor parte de los magistrados. En un acto de estupidez flagrante, el Gobierno, amnistió a los delincuentes y encarceló a los militares que acudieron al rescate.
Las “negociaciones”, volvieron al Estado un rey de burlas, en el año 2002, surgió un gobierno que decidió combatir la delincuencia y encontró en la Fuerza Aérea un arma eficaz. Esto duró poco, el siguiente mandatario decidió hacer otro “proceso de paz”. Pero a este, le dio un aspecto carnavalesco, ceremonias, espectáculos, solemnidades y en esto involucró hasta al secretario general de la ONU.
Eligió como países garantes del proceso a Cuba y Venezuela, patrocinadores de la barbarie guerrillera en Colombia. Toda esa fanfarria ocultaba un fin oculto, el Mandatario estaba lagarteando un premio Nobel de Paz. Pero la violencia continuó, a los cabecillas de los bandoleros les dieron curules en el Congreso, las FARC se multiplicaron por tres, el ELN se tornó más agresivo e insolente, surgieron nuevas cuadrillas armadas.
Luego de un mandato incoloro, inodoro e insípido, ascendió al poder un demagogo desquiciado e ignorante, que está llevando a Colombia al caos, a la ruina económica. Quiere convertirla en un estado fallido. En este momento las bandas de facinerosos están peleando entre sí y el jefe del Estado viaja a Haití ¿A pedir asesoría?
