¿Vive distraído, desorganizado e impulsivo? Podría tener TDAH y no saberlo
Resumen
El TDAH afecta tanto a niños como a adultos. En adultos, la falta de información y diagnóstico adecuado puede confundir sus síntomas con otros trastornos. Es esencial un tratamiento integral que incluya hábitos saludables, medicación y apoyo psicológico.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) no es solo cosa de niños. A pesar del mito generalizado de que se trata de una condición exclusiva de la infancia, los estudios indican que entre el 60 % y el 85 % de los niños diagnosticados continúan presentando síntomas en la adolescencia, y un 78 % de ellos los mantienen incluso en la adultez.
Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, el TDAH afecta al 8,8 % de la población mundial. En Colombia, su prevalencia en menores oscila entre el 5 % y el 10 %, de acuerdo con datos del Instituto Neurológico. En adultos, su frecuencia es del 4,4 %, pero su diagnóstico se ve obstaculizado por la falta de información, el desconocimiento de sus manifestaciones en esta etapa de la vida y su frecuente confusión con otros trastornos como la ansiedad o la depresión.
“La creencia de que es un trastorno que se desarrolla únicamente en la infancia dificulta el diagnóstico en los adultos. Usualmente, es solo cuando se profundiza en la historia clínica que se identifica la presencia del TDAH y se llega a una valoración correcta”, explicó el Dr. Álvaro Rojas, director Médico de Abbott en Latinoamérica.
El especialista señala que, incluso, hay casos en los que el diagnóstico de TDAH en un niño lleva a que sus padres también sean evaluados y diagnosticados, lo que evidencia cómo esta condición puede pasar desapercibida por años.
¿Cómo se manifiesta el TDAH en adultos?
El TDAH se presenta en tres subtipos: uno con predominio de inatención, otro con predominio de hiperactividad e impulsividad, y un tipo combinado. En los adultos, suele expresarse a través de dificultades para mantener la atención, problemas de organización, olvidos frecuentes, dificultad para seguir instrucciones, impulsividad, desmotivación y bajo control emocional.
Las personas que lo padecen pueden tener una memoria de trabajo limitada, lo que se traduce en complicaciones para retener y utilizar información a corto plazo, asociar conocimientos nuevos con los previos o realizar varias tareas simultáneamente. Esto, según el Dr. Rojas, tiene un impacto significativo en la ejecución de funciones ejecutivas —como planificar, priorizar, revisar y autorregular el comportamiento—, esenciales para el buen desempeño en el ámbito laboral, académico y personal.
“Estas manifestaciones pueden derivar en relaciones inestables, bajo rendimiento y problemas de autoestima. El TDAH interfiere con el desarrollo del potencial de las personas, al obstaculizar su capacidad para organizarse y cumplir metas”, añadió el médico.
¿Cuál es el tratamiento adecuado?
A pesar de las complicaciones que puede generar, el TDAH es tratable. El abordaje más eficaz es integral, basado en tres pilares: hábitos saludables, tratamiento farmacológico y apoyo psicoterapéutico.
El primer paso consiste en mejorar el estilo de vida, con énfasis en el descanso adecuado, una alimentación balanceada y la eliminación del consumo de sustancias como el alcohol. Luego, si el especialista lo considera pertinente, se puede recurrir a medicamentos que ayudan a modular la actividad cerebral y mejorar la concentración. Por último, la psicoterapia —especialmente la terapia cognitivo-conductual— permite desarrollar estrategias de afrontamiento y reorganización.
“El diagnóstico y el tratamiento deben hacerse siempre con el acompañamiento de un profesional de la salud. Consultar con un médico es clave para identificar la condición de forma oportuna y recibir la orientación adecuada. De esta manera, con el tratamiento y el seguimiento correcto, es posible reducir los efectos del trastorno, mejorar el bienestar y mantener una buena calidad de vida”, concluyó el Dr. Álvaro Rojas.