Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Por: Carlos Tobar
Se presentó el informe anual del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos – SIMCI – de la ONU que, hace seguimiento en Colombia al cultivo, procesamiento de la hoja de coca, comercialización de la pasta, transformación y producción de cocaína y la exportación a mercados internacionales.
Aunque el informe ha estado un poco oculto por la iniciación de la COP 19 sobre biodiversidad, su importancia es innegable.
Trae información de gran significado que vale la pena analizar. Para empezar, es evidente el incremento de los cultivos: en el año 2023 los cultivos se incrementaron a 253.000 hectáreas, cuando en 2020 había 142.784, en 2021 había 204.257, en 2022 había 230.028, una tendencia abiertamente creciente. Aunque la producción se sigue concentrando en las regiones tradicionales: Cauca, Nariño, Putumayo, frontera con el Ecuador, Caquetá, la zona del Pacífico del Valle y el Chocó y el Catatumbo en la frontera con Venezuela.
Paralelamente la erradicación de hectáreas de coca anualmente ha sido así: 2020 130.147, 2021 103.257, 2022 68. 893, 2023 20.323. La producción potencial de cocaína ha evolucionado: 2020 1,1228 toneladas, 2021 1,400 t., 2022 1,738 t., 2023 2,664 t.
Mientras tanto la incautación de cocaína ha sido así: 2020 el 41.1% del total producido, 2021 47.8%, 2022 37.9%, 2023 28.0%.
Ese es el panorama general de los principales indicadores del cultivo ilícito de la hoja de coca y de la producción de cocaína contenidos en el informe de la ONU. La primera conclusión es que continuamos perdiendo la “guerra contra las drogas”. Aunque el enfoque del gobierno de concentrar el objetivo de ataque en los grandes capos, tratando de sacar de la confrontación de fuerza al eslabón más débil de la cadena, el campesino, es plausible, no se evidencia una estrategia clara para combatir a los integrantes de la cadena de comercialización de la cocaína.
Además, no existe una política de sustitución de cultivos creíble y eficaz, porque el gobierno no tiene una política agraria sólida e integral para volver alternativa cierta a los cultivos alternativos. Entre otras razones, una muy importante es la renegociación de los Tratados de Libre Comercio, particularmente con los Estados Unidos y Europa que, no permiten el desarrollo de una economía agropecuaria moderna y de gran volumen.
Los altos volúmenes de producción de la materia prima, la hoja de coca, llevan al incremento potencial extraordinario del producto final: la cocaína. Aunque la incautación es importante, es una proporción cada vez menor del producto final. En conclusión, los volúmenes de la cocaína finalmente introducida a los mercados internacionales son crecientes. Un fracaso de la política gubernamental.
El corolario de esta situación es que buena parte de los dineros de este negocio ilícito, está alimentando las organizaciones armadas que controlan la totalidad del proceso, sometiendo a crecientes sectores sociales a los vejámenes de fuerzas irregulares que están incrementando el control de importantes regiones.