Resumen
Durante la celebración de Jánuca, el presidente de EE.UU., Joe Biden, se comprometió a proporcionar asistencia militar a Israel, expresó preocupación por el aumento del antisemitismo y enfatizó la importancia de Israel para la seguridad judía mundial.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, participó en la celebración de la festividad judía de Jánuca en la Casa Blanca, donde se abordaron temas cruciales como el creciente antisemitismo y la seguridad de Israel. En un discurso ante una audiencia de 800 personas, Biden afirmó ser sionista y destacó la importancia de Israel para la seguridad de la comunidad judía a nivel mundial.
Durante la ceremonia, que conmemora la resistencia judía contra los romanos y el encendido de velas durante ocho días, Biden expresó su preocupación por el aumento del antisemitismo en Estados Unidos y otras naciones, especialmente después del conflicto entre Israel y Hamás desencadenado por el atentado del 7 de octubre.
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Biden anunció el compromiso continuo de Estados Unidos de proporcionar asistencia militar a Israel hasta que se deshaga de Hamás, pero advirtió sobre la volatilidad de la opinión pública mundial y la necesidad de precaución. "Mi compromiso con la seguridad del pueblo judío y la existencia de Israel como un Estado judío independiente es inquebrantable", declaró el mandatario.
En un gesto que generó aplausos entre los presentes, Biden afirmó: "Si no existiera Israel, ningún judío en el mundo estaría a salvo". El presidente destacó su conexión con la comunidad judía, subrayando que se considera sionista y recordando que enfrentó críticas en el pasado por afirmar que no es necesario ser judío para abrazar el sionismo.
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El evento contó con la presencia de la primera dama Jill Biden y congregó a sobrevivientes del Holocausto, congresistas, funcionarios, artistas y líderes religiosos, según informó la Casa Blanca. Sin embargo, también se destacan las divergencias de opinión dentro de la comunidad judía en Estados Unidos, como lo evidencia un grupo de mujeres judías que se encadenaron recientemente a la Casa Blanca en protesta por la ofensiva israelí en la Franja de Gaza.
