Bucaramanga, entre las capitales con mayor número de colegios cerrados en los últimos años
Resumen
La baja natalidad, la deserción escolar y la economía desafiante han cerrado colegios en Colombia. Bucaramanga se destaca por el alto número de cierres, con 489.280 estudiantes y 972 colegios afectados en grandes ciudades entre 2019 y 2024.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Baja natalidad, deserción escolar, situación económica desfavorable entre otras, fueron las razones de la creciente y alarmante cifra de colegios cerrados en Colombia. Desafortunadamente, Bucaramanga se encuentra entre las ciudades con mayor número de instituciones educativas cerradas, de acuerdo con un estudio realizado entre la Universidad Javeriana, con datos del Ministerio de Educación.
Por Camilo Ernesto Silvera Rueda - Redacción Política / EL FRENTE
Los resultados de la investigación son cuando menos alarmantes, y lo importante es que se están revelando mucho antes de que la crisis educativa para los primeros años escolares se agudice.
Por ejemplo, el documento revela que el 12% de las sedes educativas del país se reportaron en estado de cierre entre 2019 y 2024, lo que equivale a 489.280 estudiantes menos y 972 colegios en las principales ciudades del país.

“La transición demográfica acelerada en el país, caracterizada por una disminución en la tasa de natalidad, especialmente en clases sociales altas, y un aumento en la esperanza de vida han provocado una disminución en el número de estudiantes, lo que a su vez ha afectado negativamente la demanda educativa”, este es uno de los hallazgos clave del informe “Cerrando puertas: la realidad del cierre de colegios de Colombia” elaborado por la Universidad Javeriana a través de su Laboratorio de Economía de la Educación y la Editorial Libros & Libros.
Tasa de natalidad baja en picada
De acuerdo con el estudio, la caída continua en los nacimientos en Colombia junto con la mayor esperanza de vida ha producido un cambio en la composición demográfica de la población en el país. Eso quiere decir que cada vez más se amplía la parte alta (cima) de la pirámide poblacional (aumenta el porcentaje de personas adultas mayores o en etapa no productiva) y en paralelo se reduce la base de la pirámide (se reduce la participación de personas jóvenes o en etapa productiva).
Entre las consecuencias directas que esto ha traído se encuentra la reducción también continua en la matrícula en la educación regular, tanto en el sector oficial como no oficial, por lo que la demanda educativa se ha reducido año tras año.
Ante esta situación, los establecimientos educativos que conforman la oferta educativa han venido obtenido menores ingresos por concepto de matrículas (y otros ingresos complementarios como ventas en restaurantes o cafeterías propias, entre otras), que ante unos costos sostenibles o fijos hacen que la provisión de la educación y mantenerse a flote sea todo un desafío.
La situación económica ha llevado a que algunos establecimientos educativos a lo largo y ancho del país se vean obligados a cerrar sus puertas, afectando a los niños y niñas que estudian ahí.
Múltiples factores
Ernesto Díaz Centeno, experto en el Sector Educación y gerente de Libros & Libros explica que otra de las principales razones, detrás de estos cierres, es la reducción en el número de estudiantes, lo cual puede estar relacionado con fenómenos migratorios o la preferencia por otras instituciones.
Por ejemplo, en lo referente al sector público, el informe da a conocer que “el cierre de colegios oficiales suele estar vinculado a decisiones gubernamentales relacionadas con la racionalización de recursos. El Estado puede optar por cerrar una institución educativa pública si no cuenta con un número suficiente de estudiantes, buscando así reubicar a los alumnos en colegios cercanos”.
También, el conflicto armado es un factor que suma e intensifica la situación, pues trae consigo déficit en cuanto a planta docente y dificultad en retención de talento en los territorios apartados de las ciudades, donde los problemas de orden público son más notorios; además, la frecuente ausencia de estudiantes debido a la inseguridad agrava el escenario.
“Es importante identificar las razones estructurales del problema antes de implementar las medidas que podrían dar resolución” enfatiza el experto; por eso, el estudio, ante el oscuro panorama, también detalla recomendaciones y alternativas a seguir con la finalidad de mitigar la cifra de instituciones que cierran año a año, entre esas sugerencias está la implementación de programas que incentiven matrículas, como becas, actividades extracurriculares activas y apoyo a familias en situación de vulnerabilidad.
La pandemia igualmente produjo un cambio importante en la forma de educar a los niños y niñas, ya que en el marco de las cuarentas y en general, de las restricciones a la movilidad de personas, la educación virtual y análoga tomó importancia ante la imposibilidad de la educación presencial dentro de los establecimientos educativos. En este contexto, el homeschooling o aprendizaje desde casa comenzó a tomar protagonismo en varias partes del mundo que ha llevado a que su implementación siga creciendo en el tiempo.
A lo anterior se le suma la ocurrencia de la deserción escolar. En Colombia, en 2021, 333.680 personas desertaron del sistema educativo, cerca de 28 mil menos que en 2020. Sin embargo, estos representan 130 mil desertores adicionales comparado con los niveles de 2019, en los que aproximadamente 200 mil estudiantes desertaban por año.
Adicionalmente, muchos colegios del sector privado, por ejemplo, han cerrado debido a la crisis económica que enfrentan, quienes han solicitado el cierre por no poder mantener la viabilidad financiera de las instituciones. La regulación de tarifas que se cobran por el servicio educativo también ha limitado la capacidad de los colegios para tomar decisiones, lo que ha llevado a la insostenibilidad de algunos establecimientos.
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Estrategias de retención: Qué hacer para evitar la profundización de la crisis
En este contexto, el estudio sugiere crear un sistema de monitoreo demográfico que permita anticipar cambios en la población y ajustar políticas educativas acordes y de manera proactiva; también, realizar evaluaciones del impacto de las políticas del sector con el fin de ajustar estrategias y garantizar que se aborden de manera adecuada las necesidades de la población escolar.
“La tendencia de cierre de instituciones educativas debe encender las alarmas desde ya y este informe es un gran recurso de inicio que pone sobre la mesa el diagnóstico e impulsa a actuar de manera eficaz y oportuna en la búsqueda de soluciones” puntualiza Ernesto Díaz El estudio finaliza con una serie de recomendaciones:
• Evaluación de la demanda educativa: es fundamental realizar un análisis exhaustivo de la demanda educativa en función de las proyecciones demográficas. Esto incluye identificar áreas geográficas con disminución de población escolar y ajustar la oferta educativa en consecuencia.
• Flexibilidad en la infraestructura escolar: pensar en reconfigurar el uso de las instalaciones educativas para adaptarse a la nueva realidad demográfica, como la posibilidad de compartir espacios entre diferentes niveles educativos o entre instituciones.
• Currículo inclusivo y diversificado: desarrollar currículos que respondan a las necesidades de una población estudiantil más pequeña y diversa, incorporando programas que atraigan a estudiantes de diferentes contextos y que fomenten la retención o permanencia escolar.
• Incorporación de tecnología: fomentar el uso de tecnologías educativas que permitan a los estudiantes acceder a recursos de aprendizaje en línea, facilitando la educación a distancia y la personalización del aprendizaje.
• Programas de incentivo: implementar programas que incentiven la matrícula, como becas, actividades extracurriculares atractivas, y programas de apoyo para familias en situación de vulnerabilidad.
• Fomento de la participación familiar: involucrar a las familias en el proceso educativo, promoviendo la importancia de la educación y ofreciendo apoyo en la transición hacia nuevas modalidades educativas.
• Alianzas con el sector privado: establecer colaboraciones con el sector privado para crear programas que complementen la educación pública, ofreciendo recursos adicionales.
• Políticas de migración y atracción de nuevas familias: desarrollar políticas que atraigan a nuevas familias a las áreas con baja matrícula, como incentivos fiscales o programas de vivienda asequible.
• Sistema de monitoreo demográfico: implementar un sistema continuo de monitoreo demográfico que permita anticipar cambios en la población y ajustar las políticas educativas de manera proactiva.