Resumen
El artículo argumenta que la difusión de información falsa y tendenciosa puede desencadenar graves consecuencias a nivel social, político y económico en Colombia. Señala la importancia de lograr el Acuerdo Nacional y pone en relieve el daño que las noticias falsas han causado en el pasado.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Por: Ángel Alirio Moreno Mateus
La honra y la fama de una persona se daña cuando se difunde información tendenciosa, malintencionada y falsa sobre la construcción más literaria que documental o periodística de párrafos, leyendas o mensajes que no manifiestan la verdad.
Eso viene sucediendo en la geografía nacional y sus generadores de contenido, no ven o se niegan a ver que esos episodios de calidad narrativa se convierten en detonadores de graves consecuencias para el tejido social, político y económico colombiano. Nada más repasemos las consecuencias de haber difundido una noticia falsa el 9 de abril de 1.948, cuando la radiofrecuencia nacional dijo de Jorge Eliecer Gaitán, que había muerto víctima de un proyectil disparado por un policía conservador. Ese fue el detonante de la denominada época de La Violencia, que enfrentó a liberales y conservadores.
Ojo con eso. Colombia está siendo conducida por un sendero que desembocará en una confrontación no dialéctica, sino violenta activa y lo grave de eso es que seguramente los autores intelectuales continuaran viendo los cadáveres desde la cima de las montañas.
No es pesimismo, es pragmatismo. Al presidente Gustavo Petro le han puesto todos los palos en la rueda de su carruaje y al igual que cuando Ernesto Samper a mitad de gobierno por mero legalismo, no tiene aprobado su Plan de Desarrollo.
Nadie quiere leer o se niegan a ver lo escrito en el Acuerdo Final de La Habana. Ese acuerdo tiene rango constitucional y aval de la comunidad internacional, de la ONU y de sus países miembros.
Recordemos que hace 24 años hubo una zona de despeje y que se estableció una agenda desde Europa y que Ciro Ramírez Pinzón (Cocolo), Luis Humberto Gómez Gallo, Carlos García Orejuela junto con Luis Edgar Devia Silva (Raúl Reyes) viajaron para concertarla, pero que esos delegados políticos del establecimiento la vendieron como el desastre y pasó lo que pasó luego del “movimiento no al despeje” del sur de Bolívar.
Raúl Reyes pagó con su vida y los demás también han tenido su costo, sino miren donde están sus hijos. Y no es una elucubración; es la información.
Paremos el Bullying para que avance en este gobierno de transición tal como está acordado y consolidemos el Acuerdo Nacional.