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Cambio de color en la Antártida: la preocupación por el deshielo

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Resumen

La Península Antártica experimenta un aumento significativo en su vegetación, de menos de 1 km² en 1986 a casi 12 km² hoy, debido al cambio climático. Esto podría afectar ecosistemas virgenes, permitiendo especies invasoras. Científicos destacan la urgencia de mitigar el cambio climático.

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La Península Antártica, tradicionalmente cubierta de hielo, está experimentando un notable aumento en su vegetación, un fenómeno que ha alarmado a la comunidad científica. Según un estudio realizado por universidades del Reino Unido, la cobertura vegetal en la región ha aumentado más de diez veces en las últimas cuatro décadas, pasando de menos de un kilómetro cuadrado en 1986 a casi 12 kilómetros cuadrados en la actualidad.

Este crecimiento, predominantemente de musgos y líquenes, se atribuye al cambio climático, que ha llevado a temperaturas más altas en la región, permitiendo que la vegetación prospere en un ambiente que antes no era favorable para su desarrollo. El doctor Thomas Roland, de la Universidad de Exeter, enfatiza que este cambio no solo es rápido, sino que también podría tener un impacto significativo en uno de los últimos ecosistemas vírgenes del planeta.

Además del cambio visual, el aumento de la vegetación podría tener graves repercusiones ecológicas. La descomposición de la materia vegetal podría abrir la puerta a especies invasoras, alterando la biodiversidad y la dinámica ecológica de la región. El doctor Olly Bartlett advierte sobre las consecuencias devastadoras que esto podría tener en los ecosistemas autóctonos, resaltando la importancia de monitorear este fenómeno.

Las imágenes satelitales confirman el acelerado proceso de reverdecimiento en la Península Antártica, lo que plantea desafíos globales en la lucha contra el cambio climático. Los investigadores están ahora estudiando cómo las plantas colonizan áreas recientemente desglaciadas y los efectos de esta vegetación en el albedo, que es crucial para regular la temperatura terrestre. La urgencia de tomar acción para mitigar el cambio climático es más evidente que nunca, enfatizan los científicos.

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