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CDMB lidera recuperación de dos loras cabeciamarillas tras décadas de cautiverio

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Resumen

Dos loras cabeciamarillas, tras 40 años en cautiverio, están en proceso de rehabilitación en el CAV de la CDMB. El daño por una dieta y manejo inadecuado afectan su salud y comportamiento, cuestionando su reintegración a la naturaleza. Se enfatiza no humanizar ni tener fauna silvestre como mascotas.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
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Tras permanecer durante toda su vida encerradas en jaulas y prendiendo de la humanización a la cual eran sometidas, sin ninguna razón ni justificación. Dos loras cabeciamarillas ahora empiezan a recorrer un camino de recuperación y acompañamiento, no sólo del equipo médico veterinario del Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre, CAV de la CDMB, sino también, del apoyo y la presencia de otras especies de aves que pueden ayudar a mejorar todo lo relacionado con el tema comportamental de los dos ejemplares.

Se trata de dos loras conocidas comúnmente cómo cabeciamarillas, al parecer de las especies Amazona ochrocephala y Amazona amazónica, también llamadas loras corona amarilla o cabeza amarilla, recibidas por la CDMB para su rehabilitación, nutrición y readaptación a sus condiciones naturales, para luego ser liberadas en su hábitat.

Las dos loras permanecieron por más de 40 años en cautiverio como mascotas de una familia y en la misma casa, y siempre crecieron dentro de un contexto totalmente diferente en el cual pudieran cumplir con su respectivo aporte de su ciclo biológico y dentro de su propio ecosistema natural.

Vladimir Quintero Sánchez, médico veterinario y coordinador del Centro de Atención y Valoración de Fauna Silvestre - CAV de la CDMB, informó que, en una revisión inicial se encontró que la lora mayor “presenta algunas malformaciones debido a dietas inadecuadas. Por ejemplo, tiene las uñas sobrecrecidas al igual que el pico, eso indica una alimentación y manejo inadecuado.

También explico que, su plumaje tiene una coloración muy particular, que no corresponde a esta especie, y esto puede ser debido a la alimentación incorrecta consumida durante tantos años en cautiverio.

El peligro de la humanización de la fauna silvestre

Respecto a la otra lora, que tenía más de 15 años en cautiverio, el funcionario expresó que los problemas nutricionales y el estrés provocado por el encerramiento han perjudicado notablemente la salud de este ejemplar,

generando que ella misma se lastime con picotazos, se arranque las plumas de todo su cuerpo y solo le queden las plumas de la cabeza.

Ambas loras presentan alteración del comportamiento ocasionado por las personas que las tenían en cautiverio, quienes les enseñaron a repetir palabras porque ellas tienen una condición anatómica en su cuerpo que les permite repetir sonidos, pero no es que hablen como tal, dijo Quintero Sánchez.

“Esa condición hace que sea muy improbable que los procesos de rehabilitación que nosotros implementemos con ellas permitan devolverlas a su hábitat natural, precisamente por esa alteración del comportamiento que sufren al estar en cautiverio y en contacto con el ser humano por mucho tiempo”, aclaró el funcionario.

Sin embargo, el personal médico veterinario de la CDMB hará todos los procedimientos de salud, rehabilitación física y readaptación a su hábitat, para evaluar la posibilidad de liberarlas en su entorno natural o se mantienen libres, en predios de la entidad que cumplan las condiciones necesarias para su supervivencia.

Un llamado a la conciencia ambiental

Finalmente, el director general de la autoridad ambiental, Juan Carlos Reyes Nova, le recordó a la ciudadanía que, “las aves y todos los animales silvestres no son mascotas, no hay que tenerlas en casa. Tenemos que pensar que las aves necesitan las plumas de cuerpo y de sus alas para volar para protegerse y volar. Esa es su condición natural, volar. Así que, por favor, cuando encuentren aves silvestres no las capturen, no les corten las plumas, porque eso les quita cualquier posibilidad de volver a la vida silvestre”.

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