Resumen
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)El gigante asiático ha elevado el tono de sus amenazas hacia Taiwán, inmediatamente después de que Lai Ching-te asumiera la presidencia de la isla en una ceremonia marcada por la defensa férrea de su independencia y sistema democrático. "La gloriosa era de la democracia de Taiwán ha llegado", sentenció Lai, generando una rápida respuesta de Beijing.
Tildando al presidente de Taiwán de "peligroso separatista", Chen Binhua, portavoz del departamento de asuntos taiwaneses de China, condenó las acciones del líder insular. "China debe tomar medidas punitivas hacia las autoridades del Partido Progresista Democrático por colaborar con potencias extranjeras en su búsqueda de independencia", declaró, dejando en suspenso la naturaleza de posibles represalias.
Beijing enfatizó que, independientemente de las proclamas de Lai, Taiwán permanece siendo parte inalienable de China y la reunificación completa es un objetivo alcanzable y exigido. Además, hizo un llamado a grabar los actos de los "separatistas taiwaneses" como una mancha en la historia.
La presión por parte de China se ha manifestado también con la presencia constante de embarcaciones militares en aguas próximas a Taiwán, una táctica de intimidación hacia sus autoridades.
Sin embargo, la ceremonia de investidura de Lai recibió un notable soporte internacional, con la presencia de delegaciones de más de 40 países, incluyendo Japón, Canadá y Estados Unidos, en un gesto de reconocimiento y apoyo a la independencia de la isla.
Desde Estados Unidos, el presidente Joe Biden envió un equipo de alto nivel y el Secretario de Estado Antony Blinken brindó su felicitación al nuevo mandatario, expresando deseos de "mantener la paz y estabilidad a través del estrecho de Taiwán". Esta muestra de apoyo de Washington ha exacerbado las fricciones con Beijing, en un contexto de crecientes tensiones políticas y económicas entre China y Estados Unidos.
El Ministerio de Exteriores chino manifestó su profunda oposición a la participación estadounidense, calificando la situación de Taiwán como el asunto más crítico y una "línea roja" en las relaciones sino-americanas. "Exigimos una corrección inmediata del error cometido", expresaron en un comunicado directo a Estados Unidos.
La isla de Taiwán, autónoma desde 1949 después de que los nacionalistas se refugiaran allí huyendo de los comunistas al final de la guerra civil china, ha visto incrementarse la tensión con la China continental. Ante esto, Estados Unidos ha intensificado la venta de armas y la realización de ejercicios navales con el propósito de disuadir a China de tomar acciones más agresivas y fortalecer la defensa de Taiwán.