Con el mínimo

Por: Edgar Armando Marín. Son millones de colombianos que tienen que sobrevivir con el salario mínimo legal mensual vigente que para este año es de un millón trescientos mil pesos $1.300.000, más el auxilio del transporte, en una economía que lleva varios años en inflación lo cual ha golpeado profundamente los bolsillos de los colombianos.

Y es que con estos ingresos solo se puede cubrir y parcialmente la base de la pirámide de Abrahán Maslow, que es un modelo de necesidades humanas en la cual contempla que la necesidad más básica es la supervivencia física y sí que a los colombianos la coyuntura económica nos ha vuelto aptos para sobrevivir, más con este gobierno que en campaña a través de la vicepresidenta hizo viral que íbamos a vivir sabroso.

Tan sabroso que la vicepresidenta después de su oneroso viaje con su delegación a Sudáfrica no volvió a aparecer en la vida pública estará tan perdida que ya vamos a revivir donde esta Javier versión donde esta Francia, haber si la encontramos en este gobierno que esta más perdido que el hijo de Lindbergh.

Nos prometieron un cambio en la dirección de nuestro país el cual lleva desde su constitución como Republica de Colombia mal gobernado unos gobiernos peores que otros, pero en conclusión con más desaciertos que aciertos.

Sin embargo, este gobierno en lo que sí ha brillado es en los constantes escándalos de talla nacional gracias al Presidente, su familia, sus representantes y funcionarios públicos algunos de ellos son: el problema de Nicolás Petro, los suntuosos viajes de su esposa Verónica Alcocer, el incumplimiento en los compromisos nacionales del Presidente en especial a eventos públicos de gran importancia para el país, el problema de Laura Sarabia en Palacio, las denuncias de Benedetti, la licitación de los pasaportes, la perdida de la sede de los juegos panamericanos para el año 2027 en la ciudad de Barranquilla y como si fuera poco el escándalo de corrupción con la compra de los carro tanques para abastecer de agua a la Guajira.

Mientras existe el derroche de dineros públicos por parte del Estado los colombianos tienen que sobrevivir con el incremento de los precios de los bienes y servicios esenciales para la canasta familiar como por ejemplo la leche, el pan, el aceite, la panela, el arroz, los arrendamientos, el servicio de transporte que con el alza de la gasolina conlleva a su aumento automático.

No se como los colombianos con familia que pagan arriendo, les alcanza para comprar los alimentos y los útiles de aseo, pagar servicios públicos y de vez en cuando darse un gustico de pedir a restaurante donde ya el corrientoso comúnmente llamado no se baja de $13.000 mil pesos y si son 3 integrantes el almuerzo sale por $39.000 mil pesos.

Sin lugar a dudas deben sobrevivir ante una economía con una inflación acelerada que acabo con el pan de $200 pesos, con la leche de $2.000 mil pesos, con el aguacate de $3.000 mil pesos, con la carpeta de cartón de $400 pesos, con la botella de agua de $500 pesos, entre miles de productos de los cuales su precio solo será un recuerdo.

Necesitamos urgente la implementación de políticas macroeconómicas que reactiven la economía, pero para ello debemos empezar por recuperar la confianza en el gobierno, en las instituciones, en los inversionistas, en los empresarios, en la ejecución transparente de los recursos públicos del orden local, departamental y nacional para que ese efecto multiplicador que se genera nos llene de energía y positivismo hacia una recuperación económica que necesitamos para salir de la unidad de cuidados intensivos por la que está atravesando la economía del país.