Suscríbete a nuestro boletín

¡Éxito! Revisa tu correo

Para completar la suscripción, haz clic en el enlace de confirmación en tu bandeja de entrada. Si no lo recibes en 3 minutos, revisa tu carpeta de correo no deseado.

Vale, gracias

Cuando la ideología ahoga a la técnica

Resumen

Ecopetrol enfrenta su declive no por su gerencia, sino por las restricciones impuestas por una política gubernamental que prohibe la nueva exploración petrolera. Estas restricciones, más allá de la gestión interna, afectan sus finanzas y la seguridad energética del país.

Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)
Edgar Muñoz profile image
by Edgar Muñoz
Cuando la ideología ahoga a la técnica

Por: Edgar Julián Muñoz González

En medio del debate sobre el futuro de Ecopetrol, muchos han comenzado a señalar a la alta gerencia de la compañía como la principal responsable de su deterioro. Que no hay caja, que las utilidades cayeron más de un 20 %, que las acciones están en picada. Pues claro que todo eso es cierto. Aunque la pregunta clave que deberíamos hacernos es si realmente la culpa está en la gestión o en las decisiones políticas que la condicionan.

Trabajé durante varios años en el Grupo Ethuss, donde coincidí en espacios con personas que más adelante ocuparon cargos clave en el sector energético. De esos años me quedó la impresión de que hay ejecutivos preparados, técnicos, comprometidos con la eficiencia. Pero más allá de las personas lo que aquí interesa es el marco en el que deben actuar.

Ecopetrol no es una empresa cualquiera. Es una sociedad de economía mixta, donde el Estado es dueño de más del 88 % de las acciones. El accionista mayoritario es el Gobierno nacional, y es quien impone el rumbo estratégico. Hoy, ese rumbo está definido por una directriz clara desde la Casa de Nariño: no se explora más petróleo.

Aquí está el corazón del asunto. En el negocio petrolero, si no se explora, no hay reservas. Si no hay reservas, pues no hay producción. Y si no producimos, pues no vendemos. Fácil... de primaria. El petróleo es un commodity que se negocia a futuro, con contratos que requieren proyecciones claras de extracción y sostenibilidad. Sin exploración, esas proyecciones desaparecen, los futuros se esfuman y la caja comienza a flaquear.

El presidente de Ecopetrol, quien sea que esté en ese cargo, no puede desobedecer esa orden. No puede lanzarse a firmar nuevos contratos de exploración cuando su jefe político ha dicho públicamente que ese no es el camino. ¿Acaso queremos que actúe como un gerente privado independiente? ¿O entendemos que está subordinado a una política energética que no diseña, sino que ejecuta?

Cada vez que prendo la radio, ya sea Juan Lozano, Julio Sánchez o Néstor Morales, siempre que se refieren a Ecopetrol repiten lo mismo como si no lo entendieran. Se hacen los bobos por política, o en realidad carecen de conocimiento.

El negocio del petróleo se divide en tres ramas: upstream, midstream y downstream. El primero es la exploración, el segundo el transporte y el tercero la refinación. Sin lo primero, el resto no funciona.

Lo paradójico es que, a pesar de tener las manos atadas, desde la presidencia de la empresa se han logrado mantener o incluso mejorar algunos indicadores operativos. La producción ha subido ligeramente, se han optimizado campos existentes, se han afianzado sinergias con ISA y se ha impulsado el portafolio en transición energética. Pero nada de eso compensa la decisión de fondo: Colombia dejó de explorar. Y esa no es una decisión técnica, es ideológica.

Juzgar la situación de Ecopetrol como si su cúpula tuviera plena libertad para actuar es tan absurdo como culpar al conductor de un bus por el hueco en la carretera. La ruta está definida desde arriba. Y si el Gobierno decide que no se explora más, la caída de utilidades no es una falla de gestión, sino una consecuencia previsible.

Claro que Ecopetrol está mal, eso no se puede negar, pero está así por una política energética que confunde deseo con realidad. Una política que pone en jaque no solo a la empresa más grande del país, sino a las finanzas públicas, a la inversión extranjera y a la seguridad energética de millones de colombianos. Si queremos que cambie Ecopetrol no debemos cambiar al gerente, sino al gobierno. Puede llegar el propio Elon Musk a la cabeza, pero con las manos atadas, la misma vaina.

Edgar Muñoz profile image
por Edgar Muñoz

Subscribe to New Posts

Lorem ultrices malesuada sapien amet pulvinar quis. Feugiat etiam ullamcorper pharetra vitae nibh enim vel.

¡Éxito! Revisa tu correo

To complete Subscribe, click the confirmation link in your inbox. If it doesn’t arrive within 3 minutes, check your spam folder.

Vale, gracias

Leer más