Resumen
Donald Trump ha sido reelegido como presidente de Estados Unidos, derrotando a Kamala Harris. Asumirá el cargo con el salario presidencial anual de 400,000 dólares, congelado desde 2001. Aunque parece elevado, el sueldo ha perdido poder adquisitivo por la inflación.
Generado por Inteliegenica Artifical (OpenAI)Donald Trump ha sido elegido nuevamente como presidente de Estados Unidos en las elecciones de este pasado 5 de noviembre, derrotando a la candidata demócrata Kamala Harris. Con este regreso a la Casa Blanca, Trump asumirá el cargo con un salario presidencial que permanece congelado desde 2001: 400,000 dólares anuales, una cifra que no ha experimentado aumentos en más de 20 años.
Este salario está estipulado en el Título 3 del Código de Estados Unidos y se mantendrá sin cambios para Trump, al igual que ocurrió con Joe Biden y sus predecesores en las últimas dos décadas. Además de este salario, el presidente tiene acceso a 50,000 dólares adicionales para gastos (libres de impuestos), una cuenta de viajes de 100,000 dólares y un presupuesto de entretenimiento de 19,000 dólares.
Más allá del salario, Trump disfrutará de beneficios que incluyen la residencia en la Casa Blanca y, una vez concluido su mandato, tendrá derecho a una pensión anual de más de 200,000 dólares y beneficios adicionales, como una oficina y cobertura de gastos de viaje, de acuerdo con la Ley de Expresidentes de 1958.
Aunque la cifra actual pueda parecer elevada, el salario presidencial ha perdido poder adquisitivo a lo largo del tiempo. En comparación con la inflación, los presidentes de Estados Unidos anteriores llegaron a recibir una compensación que hoy equivaldría a mucho más. Por ejemplo:
- En 1789, el presidente ganaba 25,000 dólares, lo cual equivaldría hoy a 895,741 dólares.
- En 1909, el salario era de 75,000 dólares, alrededor de 2.6 millones de dólares actuales.
- Desde 1969 hasta 2001, el salario fue de 200,000 dólares, que en la actualidad tendría un valor cercano a 1.7 millones de dólares.
El último ajuste salarial ocurrió en 2001, cuando el Congreso decidió duplicar la paga presidencial, pasando de 200,000 a 400,000 dólares. Desde entonces, este salario ha permanecido sin aumentos, pese a que algunos analistas consideran que el poder adquisitivo ha disminuido debido a la inflación.